El temple de México y la juventud que se abre paso en Zacatecas

La Monumental de Zacatecas cerró su Serial Taurino con una tarde de emociones, temple y figuras que brillaron con entrega y autenticidad.



Foto: David Bazán

La Monumental de Zacatecas cerró su Serial Taurino con una tarde en la que el toreo mostró, una vez más, la amplitud de su lenguaje: la madurez de un diestro consolidado y la frescura de un joven que desde el rejoneo busca su lugar. El escenario fue testigo de emociones contrapuestas, de la tensión propia del riesgo y de esa cadencia que solo los toreros con temple pueden imprimir.

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En esta plaza cargada de historia, el hidrocálido Juan Pablo Sánchez volvió a demostrar por qué su nombre suena con fuerza en vísperas de su compromiso en Madrid. Toreo fino, hondo, auténtico, capaz de sobreponerse a las condiciones del toro y de inventarse faenas que parecen imposibles. Su muleta volvió a ser brújula y ancla en el ruedo zacatecano, recordando a todos que el temple no es solo técnica: es carácter y es verdad.

Al mismo tiempo, la figura emergente del rejoneador André no pasó desapercibida. Joven aún en su camino, su valentía y capacidad para conectar con el público se confirmaron en una tarde donde la entrega le permitió ganarse la ovación sincera del tendido. Con aciertos y con fallos, lo cierto es que dejó sembrada la certeza de que tiene mimbres para crecer y consolidarse.

El cierre del serial no fue un mero trámite: fue una tarde que pulsó la sensibilidad de quienes acudieron a la Monumental, una faena colectiva donde cada toro y cada torero dejaron una huella distinta.

Crónica de la corrida

“Centauro”, de 481 kilos, del hierro de Vistahermosa, fue el ejemplar que abrió plaza, correspondiendo al rejoneador André, quien hiló su tercer paseíllo consecutivo. En banderillas, manejo y dominio de los terrenos, llevando de costado al novillo, buscando la soltura y lucimiento, y llegando con fuerza al tendido. El cierre de banderillas cortas. Pasó momentos de apuro en la Suerte Suprema, siendo ovacionado.

“Mi Loco”, de Los Cués, fue el segundo de la tarde, un toro que ofreció la fuerza justa, pero al que Juan Pablo Sánchez le realizó una faena de consentimiento y entendimiento, pulsando, templando y mandando, y es que no existe otro concepto que pueda describir el toreo del hidrocálido, que aún sin tener las condiciones, busca y encuentra.

Poco lucimiento pero un buen fondo, así fue el burel que terminó por recorrer la muleta de Sánchez por el derecho, con mucha calidad, los muletazos profundos y con autenticidad. Esta fecha, sin duda, era clave para Juan Pablo, pues es la antesala de su compromiso en Madrid, y seguro, logrará algo importante, pues en esta faena ha estado inconmensurable, con un pitón izquierdo permitiendo la sinfonía al natural, una actuación con entera madurez que seguro los paladares más exquisitos de la Monumental Zacatecas, degustaron, quedándose con ese buen sabor de boca al tener al Temple de México construyendo una faena con esa finura. Falló con los aceros.

“Tolosa”, de 465 kilos, del hierro de Lebrija, tocó en suerte a Arturo Saldivar, que tuvo una labor esforzada, con momentos de lucimiento, buscando ambos pitones del astado que tuvo poco que ofrecer. Erró con la espada.

El cuarto de la tarde, “Campanero”, de Vistahermosa, fue el segundo del lote del rejoneador André, quien desde salida, estuvo temerario y firme, templando tras el primer rejón de castigo y sintiendo la franca embestida del ejemplar. El inicio en banderillas con la emoción y el sentimiento de un público cautivo que ha visto con buenos ojos a este rejoneador en ciernes, que estuvo al nivel y altura en las suertes, con mucha precisión, teniendo un cierre con las banderillas cortas. El triunfo no llegó con el rejón de muerte. Se retiró en medio de una gran ovación en el tercio, antes escuchando dos avisos.

Juan Pablo y la apuesta clara ante “Amigo”, de San Marcos, un toro que de salida tuvo un comportamiento muy diferente a la muleta, en los primeros momentos muy suelto, y después colaborando ya en la muleta de Juan Pablo que terminó por inventarse la faena, poderoso por el derecho, ante una mente clara y decidida. No escatimó los esfuerzos por sacar los muletazos por ambos pitones, estando muy por encima. La rúbrica fue una buena estocada, cortando una oreja.

“Patriota”, de Vistahermosa, fue el cierra plaza para Arturo Saldívar, que mantuvo el ímpetu al hilo en una faena plagada de voluntad y entrega, estando por encima de las opciones que dio el ejemplar. Se retiró entre palmas, previa petición.