Plan eléctrico abre inversión privada con reglas claras y planeación estatal

El plan eléctrico de Claudia Sheinbaum redefine la inversión privada con reglas claras para garantizar energía al Plan México y a los polos de bienestar



La presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer que el nuevo plan de ordenamiento eléctrico abrió un esquema inédito para la inversión privada, al definir de manera anticipada dónde, cómo y con qué tecnología se requerirá generar energía en el país.

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La mandataria señaló que este modelo sustituyó la lógica anterior en la que los privados solicitaban permisos sin considerar la capacidad de transmisión, lo que provocó saturación de la red y retrasos en proyectos productivos.

Sheinbaum explicó que, bajo el nuevo esquema, la Secretaría de Energía determinó primero las necesidades reales del Sistema Eléctrico Nacional y, con base en esa planeación, emitió concursos dirigidos a la iniciativa privada.

Los inversionistas que ganen estos concursos, dijo, contarán con permisos acelerados, certidumbre regulatoria y garantías de interconexión, al tratarse de proyectos alineados con la planeación nacional.

Este mecanismo, afirmó la mandataria, permitió destrabar inversiones que antes enfrentaban tiempos de autorización de hasta año y medio, reducidos ahora a procesos de aproximadamente dos meses.

La presidenta subrayó que la inversión privada resulta indispensable para acompañar el Plan México, debido a que la meta de producir más en territorio nacional exige una expansión acelerada y ordenada de la oferta eléctrica.

Los polos de bienestar, explicó, concentrarán industrias, servicios y logística con alta demanda energética, por lo que el Estado definió previamente las regiones donde la generación privada resultó estratégica.

En este esquema, el Estado garantizó 56 por ciento de la generación eléctrica a través de la Comisión Federal de Electricidad, mientras el 44 por ciento quedó abierto a la participación privada bajo reglas claras.

La presidenta destacó que este equilibrio ofreció seguridad al inversionista, al eliminar la incertidumbre sobre transmisión, despacho y viabilidad técnica de los proyectos.

Además, el modelo permitió orientar la inversión privada hacia tecnologías limpias, principalmente solar y eólica, alineadas a los compromisos ambientales del país.

De acuerdo con lo expuesto, los proyectos privados autorizados evitarán más de un millón de toneladas de dióxido de carbono equivalente, al sustituir generación fósil por fuentes renovables.

Sheinbaum explicó que la certidumbre energética resulta clave para atraer inversión productiva en manufactura, comercio y servicios, sectores centrales del Plan México.

Comentó que el Plan México demandó una expansión ordenada de la capacidad eléctrica, debido a que los polos de bienestar concentrarán actividades productivas con alto consumo energético.

El plan de ordenamiento eléctrico presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum colocó a la energía como un insumo estratégico del Plan México, al garantizar el suministro necesario para sostener la expansión productiva y los polos de bienestar.

Sheinbaum señaló que el funcionamiento cotidiano de viviendas, comercios y fábricas requirió una infraestructura compleja que incluyó plantas de generación, líneas de transmisión de alto voltaje, subestaciones y redes de distribución.

La presidenta sostuvo que el nuevo esquema permite garantizar energía suficiente en las regiones donde el país la necesitó, fortaleciendo la planeación territorial y evitando desequilibrios en el sistema eléctrico.

Indicó que la industria utilizó electricidad para procesos productivos, automatización y logística, mientras el comercio y los servicios dependieron de energía constante para iluminación, refrigeración y conectividad.

A su vez, la directora general de la Comisión Federal de Electricidad, Emilia Esther Calleja Alor, informó que la planeación vinculante permitió coordinar generación pública, inversión privada y expansión de la red.

Calleja Alor señaló que los proyectos privados se integraron a una estrategia que fortaleció la confiabilidad del sistema y evitó riesgos futuros de desabasto.

Ambas funcionarias coincidieron en que el nuevo modelo ordenó la inversión privada, al convertirla en un complemento estratégico del Estado y no en un factor desarticulado del sistema eléctrico.