PATRICIA RAMÍREZ

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En sesión de Congreso General, el pleno de las cámaras de diputados y senadores recibió el cuarto informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, con un retraso de más de dos horas con respecto a la hora citada.

Y es que, el secretario de Gobernación y los legisladores de Morena, el PT y PVEM hicieron esperar a los legisladores de oposición, pues fue hasta que terminó el mensaje del presidente fue cuando acudieron al salón de sesiones para hacer el quórum necesario para instalar la sesión de Congreso General.

Con una hora de retraso, pese a que las leyes reglamentarias establecen la hora a la que tiene que entregarse el informe, las 17:00 horas, los legisladores de Morena y sus aliados arribaron al salón de sesiones pasadas las 6 de la tarde, al grito de ¡Es un honor estar con Obrador! Y agitando banderitas de México.

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, llegó al palacio legislativo de San Lázaro pasadas las 18:30 horas para entregar el documento formalmente.

El presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, con la voz ronca, dio inicio a la sesión con la participación de la banda de guerra de la secretaría de la Defensa Nacional, quien entonó el himno nacional.

Posteriormente, el secretario de Gobernación ingresó al salón de sesiones flanqueado por legisladores de todos los partidos y tras hacer un largo recorrido, de más de 15 minutos, finalmente llegó a la tribuna para entregar el paquete que contiene el cuarto informe de gobierno presidencial.

En un brevísimo discurso, solo acotó que la entrega se hace con base en el artículo 69 de la Constitución y precisó que el presidente determinó no hacer uso de su facultad de presentar una iniciativa preferente.

Sin embargo, el coordinador de los diputados de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez, sentenció que la actitud del presidente y de los legisladores de Morena representan una verdadera falta de respeto a la división de poderes y al propio Legislativo, pues se retrasó la sesión por el capricho del presidente y convirtiendo al Congreso de la Unión en una simple oficialía de partes.

Tras la entrega formal, los legisladores de las siete fracciones parlamentarias empezaron a fijar sus posicionamientos en torno a la situación que guarda el país.