“Es mi derecho como ciudadana”. Erika, mexicana nacida en Sinaloa, pero radicada en Phoenix hace treinta años, llegó con arrojo y valentía al State Farm Stadium en Glendale junto a su hija, ambas con carteles en apoyo a los migrantes mexicanos; y no la querían dejar que se manifestara.

Porque la seguridad del estadio, les quería impedir manifestarse libremente en las gradas del inmueble que este sábado albergó el juego entre México y Arabia Saudita por los cuartos de final de la Copa Oro.

“Todos somos inmigrantes”, “Inmigrantes= país rico” y “apoyamos a los migrantes”, fueron algunas de las frases que Erika y su hija escribieron en carteles verde fosforescente, para mostrarlos con orgullo.

En particular, Erika fue la que habló para OVACIONES, al decir que era totalmente injusto el trato que se le daba a los mexicanos, además de que llamó “traición a la patria”, la orden del gobierno de Donald Trump, de quitarle la nacionalidad por derecho de nacimiento.

Mencionó que todos en la Unión Americana “son inmigrantes” y criticó duramente a Trump y su familia por sus políticas racistas.

“Nosotros ya pagamos el precio por nuestros hijos”

En el mismo tenor se refirió Irma Regalado, mexicana radicada en Las Vegas, quien viajó junto a su esposo Mario a Phoenix, para ver al Tri, pero también con carteles en apoyo a los migrantes.

Al tener hijos nacidos en Estados Unidos, se mostró molesta e impotente, ante la decisión de quitar la nacionalidad por nacimiento a los hijos de migrantes.

“Nosotros ya pagamos el precio por nuestros hijos. Es injusta esta situación, son gente trabajadora que merece quedarse aquí”.

Así se viven los partidos de la Selección Mexicana en esta Copa Oro, en la que si bien los mexicanos de primera o segunda generación, vienen a ver a su Selección, también este tipo de eventos no dejan de ser un lazo muy fuerte con su país de origen o el de sus padres y su cultura, la cual el gobierno de Trump ha querido borrar de este país.