Esfuerzo, actitud y una oreja para Julio Aparicio en Sevilla

Julio Aparicio fue el triunfador en Sevilla al cortar la única oreja en una novillada marcada por actitud y entrega.



Foto: Cortesía

SEVILLA.- Seis novilleros de distintas escuelas taurinas protagonizaron en Sevilla una novillada sin picadores marcada por la actitud y la diversidad, toda vez que el encierro de Las Monjas, que en conjunto ofreció escasas opciones.

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El Gali, novillero de Algeciras, abrió plaza recibiendo al primero con un recorte de rodillas y verónicas templadas. Con la muleta, el novillo mostró movilidad aunque cierta brusquedad, y pese a la voluntad del gaditano, las tandas no siempre resultaron limpias ni acopladas. Falló con la espada tras dos pinchazos y escuchó silencio.

Al segundo lo saludó Agustín de Antonio, de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, con una larga cambiada y verónicas ganando terreno. Comenzó su faena de rodillas y luego la llevó a los medios, destacando por el pitón derecho ante un novillo manejable pero algo mirón. La entrega del sevillano quedó empañada al fallar con la espada, resultando herido al entrar a matar.

Jaime Padilla, de la Escuela Taurina Diputación de Málaga, brindó su actuación a Finito de Córdoba, pero su lote no se lo puso fácil. El novillo se mostró manso y defensivo, y pese a los intentos del joven malagueño, la faena nunca tomó vuelo. Mató de estocada casi entera y descabello.

El rondeño Manuel Díaz, de la Escuela de La Algaba, se fue a portagayola para recibir al cuarto, al que luego lanceó con soltura. Pese a su disposición, el novillo, sin entrega y de embestida descompuesta, limitó las opciones del rondeño, que supo mantener el sitio sin desbordarse.

La nota más destacada llegó con Julio Aparicio, de la Escuela Taurina El Juli. Ya dejó detalles con el capote y luego, cuando el novillo le permitió, cuajó momentos de toreo expresivo, asentado y con personalidad que calaron en el tendido. Mató de estocada efectiva y paseó la única oreja de la noche.

Cerró la función Manuel Domínguez, también de Sevilla, quien dejó buena impresión con un quite en el quinto y luego con un templado recibo a la verónica al sexto. Destacó Jesús Aracil en banderillas. Domínguez mostró disposición ante un novillo incómodo, al que fue arrancando muletazos pese a sus tornillazos. La petición de oreja, tras fallar con la espada, no fue atendida por el palco.