Este gobierno “sí contrató deuda” y al próximo debe preocuparle la insostenibilidad de las finanzas públicas

Aída Ramírez / Ovaciones Foto: Cuartoscuro.com Durante todo el sexenio se habrá acumulado un déficit total de 7.1 billones de pesos, poco más del doble de lo acumulado en el periodo previo, aseveró el Centros de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) y sostuvo que ello se ha reflejado en la necesidad de mayores recursos,

Continue Reading →



Aída Ramírez / Ovaciones
Foto: Cuartoscuro.com

Durante todo el sexenio se habrá acumulado un déficit total de 7.1 billones de pesos, poco más del doble de lo acumulado en el periodo previo, aseveró el Centros de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) y sostuvo que ello se ha reflejado en la necesidad de mayores recursos, “de tal manera que la fuente principal para hacer frente a estos desequilibrios fue la contratación de deuda”.

LEE ADEMÁS: Contingencia Ambiental es suspendida hoy 19 de mayo

En su análisis semanal, indicó que la estimación oficial anticipa que al cierre del sexenio el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), el concepto de deuda pública más amplio será de 17 billones de pesos, 6.5 billones más que el sexenio pasado, cuando la deuda total aumentó en 4.7 billones; “evidentemente la duda pública si creció significativamente en el sexenio”.

Para 2025, la estimación preliminar considera un ajuste importante en el gasto público, una disminución real de 8.8%, lo que en principio “parece buena noticia tras el excesivo gasto en años anteriores. Sin embargo, más allá de un ajuste realmente planeado, esto responde principalmente a la terminación de los proyectos insignia del gobierno”.

El organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), recordó que recién, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, señaló que “no hay una caída de gasto de un año para otro, sino hay una normalización sin que esa normalización sacrifique niveles de gasto, que son tendenciales”.

En este sentido, el CEESP indicó que el hecho es que a pesar de que ya no habrá recursos para los proyectos insignia como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), los programas prioritarios permanecen y se estima que para 2025 tendrán un costo total de 1.3 billones de pesos, una quinta parte del gasto programable total.

No obstante, la disponibilidad de recursos que implica esta situación “no significa que se canalicen a proyectos que incentiven el crecimiento, como debería ser. La necesidad de recursos para los sectores de salud, educación, seguridad son tan importantes o más como cualquier proyecto de infraestructura, toda vez que se relacionan directamente con el bienestar de los hogares y con la productividad y competitividad del país”.

Por ello, se considera que “planear para los siguientes años será complicado aun cuando se mantenga el partido actual en el poder. Su discurso optimista y de escenarios que se apoyan en otros datos pueden seguir generando un ambiente de excesivo optimismo”, ello podría ser un gran descalabro para la nueva administración.

Así, la principal preocupación del próximo gobierno podría ser la insostenibilidad de las finanzas públicas, toda vez que el cúmulo de compromisos contraídos con cargo al presupuesto, pero sin fondeo propio durante la actual administración es la razón.

Y es que habrá una insuficiencia de las fuentes de recursos, generando una situación deficitaria que podría extenderse algunos años más, a lo que se suma “la creación de un importante número de programas asistenciales y proyectos poco o nada rentables social y económicamente, con el objetivo principal de mantener la preferencia de la población, (lo que) demandó una notoria cantidad de recursos, por lo que a lo largo del sexenio el gasto total habrá aumentado 23.2% en términos reales, cuando un sexenio antes lo hizo en 8.4 por ciento”, llevando a la economía del país a una situación nada halagüeña, puntualizó