No obstante que la tasa real que determina el Banco de México (Banxico) ya se encuentra en el rango de 3.36%, sus beneficios todavía no los sentirá la población, aseguró Galia Borja, subgobernadora del instituto central.

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Recordó que esta tasa permaneció en terreno restrictivo a lo largo de tres años, un tiempo y una magnitud que son “inéditos”.

Y que, pese a haber entrado en neutralidad, enfatizó que los efectos del periodo previo de restricción todavía inciden en la economía.

“Aunque ya entramos en este nivel de neutralidad, la restricción que tuvimos continuará operando en un entorno en el que los principales determinantes de la inflación deberían, por los niveles en los que están, propiciar menos niveles de inflación hacia adelante”, explicó en un podcast de grupo financiero Banorte.

En cuanto al marco analítico para las decisiones futuras del recorte de la tasa de interés interbancaria que se ubica en 7.25% y que la próxima semana la Junta de Gobierno del Banxico decidirá la magnitud del último recorte de este año, Galia Borja recordó que la economía mexicana ya opera en un entorno distinto al observado durante la pandemia.

“En México ya tenemos un régimen de baja inflación, la economía ahora enfrenta cambios de precios relativos durante 2025 y no alzas generalizadas como sucedió en 2021 y 2022″, afirmó.

Comentó que este tipo de movimientos suelen estar asociados a factores específicos de oferta, lo que implica retos distintos para la política monetaria, y también señaló que la inflación general muestra un comportamiento más estable.

“Con los datos a la primera quincena de noviembre, la inflación general ha estado dentro del intervalo de variabilidad en nueve de los 11 meses transcurridos”, y subrayó lo inusual de este desempeño en los últimos 20 años.

Con respecto a las decisiones de la Junta de Gobierno hacia adelante, Borja enfatizó la necesidad de analizar la evolución de los determinantes de la inflación y los riesgos previstos para el próximo año, como los incrementos impositivos acotados, como el IEPS, la incertidumbre comercial y una posible reversión en la inflación no subyacente.