Gertz, el Maquiavelo de la 4T: pierde con ex cuñada y con Scherer

Alejandro Gertz Manero ya perdió. Y el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, también. Esos cuatro audios filtrados de la llamada telefónica en las que el fiscal general de la República alardea  con su subordinado, Juan Ramos López, sobre un arreglo en la Corte para dejar en la cárcel a

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Alejandro Gertz Manero ya perdió.

Y el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, también.

Esos cuatro audios filtrados de la llamada telefónica en las que el fiscal general de la República alardea  con su subordinado, Juan Ramos López, sobre un arreglo en la Corte para dejar en la cárcel a su sobrina política, Alejandra Cuevas Morán, y detener a su ex cuñada, madre de ésta, Laura Morán, obligaron a los ministros a exonerarlas.

Si no se hubiese conocido ese vulgar e impune manejo de la ley, ambas continuarían bajo proceso. Una presa, la hija, y la otra buscada por los eficientes agentes de la Fiscalía General de la República (FGR), donde Gertz Manero hace lo que se le antoja.

Andrés Manuel López Obrador sabe perfectamente que su amigo es un personaje poco confiable, que en otro gobierno, honesto, ya lo habría cesado, pero lo defiende.

Y si no que le pregunten a Julio Scherer Ibarra.

El ex consejero jurídico de Presidencia aprovechó la revista de la familia -Proceso- para balconear a Gertz Manero y a Olga Sánchez Florero, perdón, Cordero, a los que acusa de complot.

Sí, de unirse, de aliarse, para acabar con él.

Y aunque Scherer Ibarra no es un santo -todo mundo lo sabe-, lo cierto es que en el equipo de Andrés Manuel existe una ruptura.

En Palacio Nacional se sabía de ella, cuando el abogado tenía su oficina ahí.

Y esa división tiene que ver también, como ya se lo he dicho, con la sucesión presidencial en 2024.

Unos, los Scherers, están con Marcelo Ebrard Casaubon.

Otros, los que trabajan en el primer círculo de López Obrador en Palacio, los que manejan su comunicación e imagen, con Claudia Sheinbaum Pardo.

Por eso las grillas, por eso las diferencias, por eso las mentadas de madre.

Porque así se expresa Gertz Manero, cuando llama ‘vieja pendeja’ a su sobrina política.

El maquiavélico funcionario ha acomodado todo para quedar como inmaculado.

Basta recordar cómo Scherer Ibarra lo impulsó como fiscal general de la República y lo traicionó.

Y el hijo del fundador de la revista Proceso lo narra en su escrito publicado el sábado pasado.

El abogado, escritor y periodista -asústame, panteón- acusa una confabulación entre Sánchez Cordero y Gertz Manero para perseguirlo y acabarlo.

Y cita los casos Juan Collado, Cruz Azul, Viaducto Bicentenario, Gómez Mont y Álvarez Puga.

En todos, dice, se armó una estrategia para exhibirle como corrupto y extorsionador con un grupo de abogados, que, ciertamente, trabajan para él.

Sánchez Cordero fue un auténtico florero en la Secretaría de Gobernación. Un adorno, un cuadro, un perchero.

López Obrador le quitó todas las facultades y se las otorgó a Alfonso Durazo –otro bulto y hoy gobernador de Sonora-, entonces secretario de Seguridad, y a Scherer Ibarra en seguridad y operación política, respectivamente.

Olga regresó al Senado cuando llegó Adán Augusto López a Gobernación.

Y ahí también es un adorno.

Pero un adorno que ha traído asoleado a Scherer Ibarra.

Confabulada con Gertz Manero, acusa el ex consejero.

 

Pierde Zaldívar también

En el caso de Zaldívar Lelo de Larrea, la presión mediática hizo que indujera al ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena para que éste elaborara un proyecto de sentencia que, en lugar de condenar a la sombra a Alejandra Cuevas Morán y a Laura Morán, les deja ya libres, en caliente, con un amparo liso y llano.

Y Gertz Manero y Zaldívar Lelo de Larrea, exhibidos y perdedores.

 

No, menos, cinco minutos

Beatriz Gutiérrez Müller hizo enojar a Andrés Manuel el lunes.

Cuando estaban en la torre de control de la central avionera, Felipe Ángeles, y estaba a punto de aterrizar el vuelo de viva autobús, el controlador dijo que estaba a no más de cinco minutos.

Entonces, se escuchó:

– No, menos, como a… recordando a Enrique Peña Nieto.

-Andrés Manuel volteó a verla y movió la cabeza evidenciando su molestia.

Y todavía, remató ella:

-¡Ay, me salió del alma!

¿Qué habrá pasado en Palacio al volver?

No quisiera saberlo (bueno, la neta, sí).

 

Vámonos: Claudia Sheinbaum no deja de promover  la consulta de revocación.  Está tan ilusionada con ser la candidata, que si no lo es va a sufrir.

 

albermontmex@yahoo.es         @albermontmex