¡Glorioso! Marco Verde lució imperial y amarró cuando menos la plata en París 2024

El mexicano venció por 3-2 al británico Lewis Richardson con todo y su imponente corpulencia, y al menos la medalla de plata está garantizada para México en el boxeo de París 2024.



Foto: Reuters

Roland Garros, Francia / Enviado.- Antes de que la jueza alzara su brazo derecho, Marco Verde brincoteaba de felicidad, como si supiera que la victoria era suya desde mucho antes. Ahí estaba su padre Manuel sobre el ring, porque si un día le juró que materializaría su sueño olímpico, era el momento preciso para hacer efectiva su palabra. El mexicano venció por 3-2 al británico Lewis Richardson con todo y su imponente corpulencia, y al menos la medalla de plata está garantizada para México en el boxeo de París 2024.

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El de Culiacán, Sinaloa, ahora peleará por la máxima gloria olímpica este viernes 9 de agosto ante el uzbeco Asadxo’ja Mo’ydinxo’jayev por la presea dorada de la categoría peso welter de estos Juegos, donde el sinaloense espera hacer historia como el primer medallista de oro en el boxeo para el país desde las dos obtenidas en México 68 por Antonio Roldán y Ricardo Delgado, y la número 14 en la historia de esta disciplina, que es la segunda que más laureles ha colgado en las sienes del águila azteca.

Era una noche atípica en Roland Garros. La arcilla fue retirada de la Philippe Chatrier para dar lugar a un cuadrilátero con los aros Olímpicos tatuados en medio. El sonido de la pelota fue cambiado por el del impacto de los guantes en los transpirados cuerpos. Y ahí estaba un mexicano y sus 71 kilogramos en busca de escribir una historia épica.

Y lo logró. El azteca se fue al frente con una ráfaga de uppers que tomaron por sorpresa a su británico rival. Pero el de Reino Unido notó el frenesí del culichi de inmediato buscó la distancia para aprovechar su envergadura y dañarlo. Un intercambio de golpes de poder a poder, que se inclinó del lado tricolor gracias al ímpetu de ‘Green‘, porque la imagen es tan importante como la técnica en un deporte de apreciación.

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Una tremenda guardia y una derecha que marcaba la distancia eran su estandarte. Y para el segundo round, lo olvidó. Será por el exceso de confianza de saberse superior pese a su corts estatura en comparación de su rival, pero Lewis se le cerraba demasiado mientras los gritos de “¡México, México!”, retumbaban el inusual escenario en busca de despertar al de 22 años.

Marco no lograba descifrar a su contrincante y su férrea defensiva, misma que matizaba con golpes precisos, comenzaban a dañar al sinaloense y su desbocada manera de pelear. Movía sí bien si compás con la precisión que requería el momento, Marco tuvo una segunda manga complicada.

Tal fue la preocupación de su esquina, que antes del tercer round, Marco fue llamado de vuelta por su entrenador para dar un último consejo acompañado de un trapazo en el rostro. Mismo que detonó su mejor versión. Verde salió con mayor determinación, sabedor de lo parejo que era hasta entonces el combate, y dio muestra de ese poderío que lo trajo hasta aquí donde Rafael Nadal erigió su leyenda.

Los últimos segundos fueron la graduación de Verde en los grandes escenarios. Demostró que estaba listo para su ascenso al Olimpo y se mostró tan seguro de ello, que no paró de bailotear mientras los jueces determinaban al ganador del boleto a la Gran Final. Marco lo sabía. Y ahí estará para tratar de bañarse en oro, tal como su padre ni remotamente pudo en Atlanta 1996. Porque en ocasiones el destino tiene mejores planes.