Guerra Arancelaria entre Méxivo y EU, ¿arma de doble filo?

La relación comercial México-EE. UU. enfrenta tensiones por posibles aranceles de Trump, generando incertidumbre económica, impacto laboral, disrupción logística y desafíos diplomáticos mutuos.



La relación comercial entre México y Estados Unidos ha sido históricamente una de las más importantes en el mundo.

Sin embargo, el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del pasado 5 de noviembre, está marcando un escenario que no se había dado en las últimas décadas.

Y es que, el pasado 25 de noviembre el Trump dijo que, desde el primer día de su mandato, utilizaría una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25 por ciento a los productos procedentes de Canadá y México hasta que las drogas y los migrantes dejaran de entrar por la frontera.

“¡Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales pongan fin a esta invasión de nuestro país!”, escribió el presidente electo.
Este anuncio, prendió las alarmas tanto en México como en Canadá.

La presidenta de nuestro país Claudia Sheinbaum envió una carta al mandatario estadounidense donde pide diálogo y cooperación para superar los problemas comunes, pero también advirtió: “a un arancel vendrá otro en respuesta”.

Mientras que Canadá ya está examinando la posibilidad de imponer esta medida, en represalia a ciertos productos de Estados Unidos, en caso de que Trump cumpla su amenaza.

Pero ¿qué repercusiones ocasionaría una guerra arancelaria entre México y Estados Unidos?
Este conflicto no solo afecta a las economías de las naciones involucradas, sino que también tiene repercusiones significativas para los ciudadanos de a pie.

En primer lugar, debemos entender que los aranceles son impuestos que se aplican a los productos importados, y su objetivo es proteger la industria local. Sin embargo, en el caso de México y Estados Unidos, esta estrategia ha demostrado ser un arma de doble filo.

Por un lado, los aranceles pueden beneficiar a ciertos sectores de la economía estadounidense al hacer que los productos mexicanos sean más caros y, por ende, menos competitivos.

Pero, por otro lado, esto también puede llevar a un aumento en los precios para los consumidores estadounidenses, quienes terminan pagando más por productos que antes eran más accesibles.
Además, la guerra de aranceles ha generado incertidumbre en el mercado laboral. Muchos trabajadores en México dependen de la exportación de bienes a Estados Unidos.

Con la imposición de aranceles, las empresas pueden verse obligadas a reducir su producción, lo que podría resultar en despidos y una disminución en la inversión.

Esto no solo afecta a los trabajadores mexicanos, sino que también puede tener un efecto dominó en la economía estadounidense, donde muchas empresas dependen de insumos y productos mexicanos.
Otro aspecto a considerar es el impacto en la cadena de suministro. En un mundo cada vez más globalizado, las empresas han construido redes complejas que cruzan fronteras.

La imposición de aranceles puede interrumpir estas cadenas, lo que lleva a retrasos en la producción y, en última instancia, a una menor eficiencia.

Esto es especialmente relevante en sectores como la industria automotriz, donde las piezas se fabrican en diferentes países y se ensamblan en otros.

Finalmente, es importante mencionar el efecto que esta guerra de aranceles tiene en la relación diplomática entre ambos países.