Hasta en los tamales hay clases

FLOR YAÑEZ Las y los mexicanos somos tamales apretados dentro de una vaporera a las brasas, llamada México. Estamos juntos, pero separados por color y preparación. Existen alrededor de quinientos diferentes tamales en nuestro país que varían en ingredientes, forma y sabor dependiendo del estado, ciudad y pueblo. La palabra tamal es de raíz náhuatl

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FLOR YAÑEZ

Las y los mexicanos somos tamales apretados dentro de una vaporera a las brasas, llamada México. Estamos juntos, pero separados por color y preparación. Existen alrededor de quinientos diferentes tamales en nuestro país que varían en ingredientes, forma y sabor dependiendo del estado, ciudad y pueblo.

La palabra tamal es de raíz náhuatl y significa envuelto. Se dice que hasta en los tamales hay clases. Dentro de esa olla estamos sudados, casi hirviendo, aguantando el complejo contexto social en el que vivimos, donde no es lo mismo ser un tamal Güemes de pollo o res con aceitunas, pasas y variados chiles, a uno mini de frijoles; o uno Barbones relleno de camarones, uno Zacahuil de enorme tamaño relleno de carne de guajolote envuelto en hoja de plátano, a uno Cornudas en hoja de milpa que no tienen relleno.

Todos son deliciosos, pero no “valemos” lo mismo y no todos necesitamos la misma temperatura. La justicia va estrechamente relacionada con la igualdad y la equidad. La primera, favorece un mismo trato para todas las personas y la segunda, valora la diversidad y da respuesta a cada persona, según sus necesidades para favorece la igualdad de oportunidades. La equidad debe aplicarse a todas las personas, pero también al sistema, pero esa idea se ha quedado sólo en utopía.

Sobre los tamales “politiqueros”, causó risa y enojo a muchos escuchar a AMLO burlarse de Xóchitl Gálvez por andar en bicicleta, y decir que poco le faltaba montarse en un triciclo para vender ricos tamales. Habrá mejor que mandarle una docena de tamales de lengua para que desayune después de la mañanera y que de perdida regule la temperatura de la cazuela para no “quemarnos”, o que ponga más ollas y descansar un poco del fuego de sus malas decisiones que han creado una injusta justicia social.

Es un presidente simpático, pero inútil. Se nos olvida que este personaje es el único en el país que puede burlarse abiertamente de quien sea y en lugar de rechazo, aumenta sus niveles de popularidad. En lugar de obsesionarnos con sus dimes y diretes, ignoremos su estrategia para hacerse sonar.

Un estudio reciente sobre los anafranes donde se calientan los envueltos de masa, reveló que, dada su deficiente combustión, podría derivar en intoxicaciones y daños al sistema respiratorio. Pareciera entonces que estamos cerca de un “tamalicidio” y todo debe cambiar desde la estructura para evitarlo, porque desde ahí, es-TAMAL.

Estamos en el show de “La casa de los famosos” presidenciables, donde pronto saldrá un candidato o candidata atractiva para dar la batalla y esperemos que ahora sí se logre envolver a la amplia diversidad mexicana y que independientemente del tamal que sea cada uno, valga lo mismo, sólo por ser tamal mexicano.

Yanez_flor@hotmail.com