MARTÍN AVILÉS

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Jared Goff envió una sutil parábola hacia la zona de anotación y Amon-Ra St. Brown encontró la vasija de oro al final del arcoíris para así sellar el boleto de los Detroit Lions al Juego de Campeonato de la NFC. Será el primer partido por el cetro de la Conferencia Nacional en 32 años para el equipo dirigido por Dan Campbell, luego de vencer a Tampa Bay Buccaneers en el día más glorioso que se recuerde en Ford Field.

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Una tierra donde predomina la clase trabajadora, por fin tuvo justicia para una afición ávida de éxitos. Al ritmo de Seven Nation Army (2003) de The White Stripes, el grito de guerra de los reyes de la selva retumbó en todo Motor City tras su victoria por 31-23, marcador con el que pudieron hundir el barco bucanero para instalarse en la antesala del Super Bowl, donde ahora enfrentarán a San Francisco 49ers.

Goff hoy fue imperial al completar 30 de 43 envíos para 287 yardas, dos anotaciones y ni una sola intercepción para mantener intacta su racha de no lanzar un solo pase al rival desde 2023.

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Ford Field albergaba una fiesta casi patronal, un día de orgullo para la ciudadanía que por tantos años había rogado por un momento como este. Y tan pronto comenzó el partido, los de Dan Campbell entendieron que estaba en juego no solo el boleto a la Final de Conferencia, sino el honor y la fe de millones.

Así fue como con un cuchillo entre los dientes se lanzaron a la guerra. La ofensiva tardó en carburar, pero del otro lado del ovoide, comenzaron a morder a Mayfield hasta provocar su primer error. El expasador de Carolina Panthers intentaba enviar un pase profundo por el centro destinado a Mike Evan, pero en el trayecto fue interceptado por Gardner-Johnson tras un desvío en la línea de golpeo para dar el primer batacazo del juego.

Así llegaron los primeros puntos del juego, pues los Lions supieron capitalizar el error bucanero para romper el cero. Lo lograron gracias a una certera patada de Michael Badgley, quien conectó un intento de rutina de 23 yardas. Chase McLaughlin lo igualó casi al momento con otra patada certera, pero de 43 yardas, con lo que Tampa Bay demostró que no se dejaría intimidar por el favorecedor contexto para los locales.

Sin embargo, un drive después, Goff despertó para hacer mover las cadenas por 75 yardas y con un último envío corto de poco menos de 10 yardas para Reynolds, pudo anotar el primer touchdown del encuentro para devolver la ventaja a su causa. Sin duda, la suerte parecía cargada al lado local, sobre todo cuando McLaughlin erró un intento de 50 yardas.

McLaughlin solamente había fallado dos tiros de campo en toda la temporada y ambos fueron por un bloqueo. Pero esta vez, en su primer fallo de puntería, fue el poste el que increíblemente le privó de los tres puntos.

De la mano de Mayfield, los Bucs volvieron a enchufarse en el juego antes del descanso. Un pase del exjugador de los Cleveland Browns para Otton dio oxígeno puro para los de la Florida, que tenían el momentum del juego en las manos. Todo era tensión en las gradas del Ford Field hastaa que apareció nuevamente Reynolds para devolver la calma.

Otra anotación del egresado de Oklahoma devolvió la fe a Todd Bowles y compañía, pero de pronto la mística que acompañó a los Lions desde el primer momento e la temporada, volvió en el momento preciso. Fueron dos anotaciones seguidas, un acarreo de Gibbs para 31 yardas y un pase magistral de Goff para St. Brown entre tres defensores, para sellar la victoria histórica, pese a que todavía Evans agregó siete más para Tampa en el ocaso del juego.

Tuvieron que pasar 67 años para que la franquicia de la NFC Norte volviera a ganar dos partidos en fila como local dentro de la postemporada. Ahora, deberán ir a Santa Clara en busca de lo que nunca antes han conseguido: un boleto directo al Super Bowl.