Huachicol: luchar contra fantasmas

El huachicol regresó con decomisos históricos tras años de negación oficial. Pemex perdió 3,347 mdp en dos meses de 2025


Juan Ortiz

López Obrador decía que se había acabado. Que el huachicol se redujo a su mínima expresión. Que la estrategia iniciada en 2019 había dejado este delito en los huesos. Pero en 2025, el robo de combustibles regresó con decomisos históricos y un boquete millonario que ningún discurso pudo tapar.

EL FIN

Se acabó el huachicol, dijo López Obrador en enero de 2019, cuando lanzó su plan con 15 dependencias federales y aplaudía reducciones históricas.

En julio de 2024 todavía se jactaba de que su gobierno había ahorrado 330 mil millones de pesos, más que todo Dos Bocas y Deer Park juntos. De ser cierto, no tendríamos una deuda pública de 17.6 billones ni habríamos pedido más de dos billones de deuda el año pasado.

Pero los datos son tercos. En 2025, Pemex perdió 3 mil 347 millones de pesos en sólo dos meses por sustracción de combustibles, según El Universal. Cada día se esfumaron 56 millones de pesos mientras se repetía que el problema estaba resuelto. Además, la FGR acumuló más de 3 mil 400 denuncias entre enero y mayo, un aumento de 22% respecto a 2024.

EL NEGOCIO SIGUE

El huachicol no es un oficio que morirá pronto: es una industria que mueve miles de millones de dólares. Según una nota del Financial Times, uno de cada cuatro vehículos en México consume gasolina de origen ilícito. En Nuevo León y Zacatecas, el combustible de contrabando supera el 40% del mercado.

El Financial Times también documentó cómo barcos y trenes cargados con gasolina de Texas cruzan la frontera disfrazados de aceite usado. Durante cinco años, los cárteles perfeccionaron el negocio con la complicidad de aduanas, funcionarios y distribuidores.

En mayo, Estados Unidos presentó cargos contra dos empresarios de Utah acusados de ayudar al Cártel Jalisco Nueva Generación a contrabandear crudo robado de Pemex. Fue parte de la llamada Operación Muerte Líquida, un operativo que decomisó barcazas, camiones cisterna y tanques de almacenamiento. La DEA lo justificó así: el petróleo es la mayor fuente de financiamiento del narco.

COMBATIR FANTASMAS

Mientras en Estados Unidos actuaban en su territorio, aquí, Omar García Harfuch anunciaba decomisos históricos en Hidalgo, Veracruz, Tabasco y Coahuila. Un operativo tras otro: minirrefinerías clandestinas, carrotanques llenos de diésel, bodegas con contenedores ilegales.

En el actual sexenio, las autoridades mexicanas aseguraron más de 45 millones de litros de combustible ilícito. Es 50% más de lo decomisado en los últimos tres años del sexenio de AMLO. Y, sin embargo, se seguía repitiendo que el huachicol era un problema casi resuelto.

Pero cada operativo confirmaba lo contrario: que el huachicol nunca se fue. Sólo se volvió más discreto y más rentable.

REALIDAD ALTERADA

¿Por qué negarlo tantos años? Porque admitirlo es reconocer que el huachicol sobrevivió a todos los planes, que la supuesta austeridad republicana sólo existió en conferencias matutinas, y que cada litro robado es un peso que deja de invertirse en hospitales, escuelas o carreteras.

Se presumió que el problema quedó atrás, pero el huachicol sigue drenando al país. Y cada operativo de este año es un recordatorio: no se puede luchar contra monstruos si no se acepta que están vivos.

EL DATO INCÓMODO

Un total de 720 jueces y magistrados perderán su cargo el 1 de septiembre, según una investigación del periodista Fernando Merino. De los 376 que compitieron en la elección judicial, sólo 81 ganaron. El resto quedará sin cargo, sin certeza de indemnización y con dos años de veto en la iniciativa privada. Mientras, el Poder Judicial pierde décadas de experiencia. ¿Quién pierde realmente?