ICC México advierte: Ha llegado el momento de diversificar mercados

La International Chamber of Commerce México afirmó que el país necesita una agenda de competitividad a largo plazo para fortalecerse en el nuevo orden comercial global



Foto: Cortesía ICC

México debe apostar por construir su propia agenda de competitividad, en unidad y con visión de largo plazo, afirmó la International Chamber of Commerce México (ICC México), al señalar que la reciente decisión del gobierno de los Estados Unidos de imponer aranceles a productos provenientes de más de 180 países ha reconfigurado el entorno del comercio global.

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“En este contexto de tensiones comerciales, México se mantiene como un socio estratégico para Estados Unidos, beneficiándose del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)”, y aunque ello es una ventaja, el organismo internacional advierte que no es garantía en el futuro.

Por lo que, para consolidar su posición en el nuevo orden comercial global, advierte que “México debe adoptar medidas estratégicas que fortalezcan su infraestructura, promuevan la innovación y desarrollen capacidades tecnológicas que lo hagan más resiliente y competitivo en el largo plazo”.

Recordó que, desde 2018, Estados Unidos ha adoptado una política comercial más proteccionista, afectando sectores clave como el acero, aluminio, tecnología y agroindustria, pero México, gracias al T-MEC, ha logrado mantener un acceso privilegiado al mercado estadounidense.

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Pero como se ha evidenciado que México no está exento de los riesgos globales, para capitalizar esta coyuntura y no perder terreno frente a otros países como India o Vietnam, la ICC señala que México necesita enfrentar desafíos estructurales en unidad entre el gobierno y el sector privado, que, de no atenderse, podrían limitar seriamente su crecimiento.

Así, señala que los retos están en el desarrollo de infraestructura logística y energética; reducir la dependencia que se tiene del mercado estadounidense y diversificar sus exportaciones a otros mercados.

También, la falta de inversión en ciencia, tecnología e innovación, ya que el futuro del comercio global estará determinado por la capacidad de los países para desarrollar y aplicar tecnologías de vanguardia.

Además de fortalecer el Estado de derecho y el entorno regulatorio para generar más confianza en los inversionistas; y mantener un diálogo permanente con Estados Unidos basado en confianza, cooperación y visión estratégica.