EFE
Foto: Facebook Nicolás Montes de Oca
El equilibrista Nicolás Montes de Oca, reconocido esta semana con dos inclusiones en el libro Guinness World Records es un ejemplo de persona que, ante la imposibilidad de cambiar el mundo, cambió la manera de verlo y se superó a sí mismo.
“No teníamos mucho dinero. De joven alguien me enseñó a hacer malabares y me fui a las plazas. Me di cuenta de que podía crecer. Viajé a Canadá, a Europa y a Asia y ahora me han dado estos récords”, contó a Efe el deportista de 36 años.
Hace unas horas el Guinness World Records incluyó en su libro del 2023 dos marcas de Montes de Oca: una parada de manos con un solo brazo durante un 1:11.82 minutos y la duración más larga en realizar una parada de manos en una plataforma giratoria, 25.78.
“A mis 25 llegué a registrar cinco minutos en una prueba en China; ahora hice el récord lastimado. No creo que a mi edad pueda igualar mi mejor tiempo, pero sí llegar a más de dos minutos; tal vez lo intente en el 2023”, aseguró.
Montes de Oca iba bien como malabarista, pero un día se rompió un pie en la escuela de circo de China. Ya había pagado nueve meses y un maestro le sugirió entrenarse en pararse de manos. Le encantó y siguió en eso.
Nicolás es originario de Amatlán de Quetzalcóatl, comunidad localizada en el municipio de Tepoztlán, estado de Morelos. Radica en Montreal, Canadá, pero viaja por todo el mundo, como parte del elenco del Cirque du Soleil y para hacer participar en eventos y dar clases a los interesados en aprender el oficio de equilibrista.
En 2019 fue el equilibrista del año y en menos de dos semanas viajará a Madrid para probarse en una competencia internacional de circo.
Aunque siente el paso del tiempo y reconoce que a los 36 no se recupera a la misma velocidad que hace 15 años, el recordista mundial se ve mucho tiempo más como profesional del equilibro.
“De todas las disciplinas del circo, la de parada de manos desgasta menos y uno puedo durar más allá de los 40 años”, asegura el equilibrista, que adquirió maestría en Ucrania en el 2018, pero cree que la clave consiste en una entrega monjil a los entrenamientos.