Felipe Cruz Vega
La Organización Mundial de la Salud estima que una de cada cuatro muertes puede atribuirse a causas ambientales prevenibles, donde la contaminación del aire, agua, suelo junto con el cambio climático están exacerbando los riesgos que afectan la salud de las personas.
El cambio climático es un factor de riesgo para el éxito de las acciones encaminadas a la reducción de la pobreza, para la seguridad alimentaria, la salud pública, educación, en general para el desarrollo humano; representa numerosos desafíos complejos para la salud, desde los fenómenos meteorológicos extremos, propagación de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores y complicaciones de las enfermedades no transmisibles.
La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano; conocer el dato expresado en toneladas de CO2 emitidas es importante para tomar medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias para reducirlas si queremos contribuir a disminuir en 1.5 grados Celsius el calentamiento global.
El sector de la salud es uno de los principales responsables de la crisis climática, a nivel global se estima que emite entre el 4 y 10% de las emisiones globales netas.
La contribución hospitalaria a la huella de carbono es de suma importancia debido al elevado consumo energético, la generación y manejo de residuos, los grandes requerimientos de recursos materiales, insumos de curación, medicamentos, equipos electro-médicos, movilidad de personal, pacientes, alimentos entre otros aunado a que su función es 24/7 los 365 días del año.
Actualmente en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se impulsan acciones que pueden ayudar a mitigar esta huella de carbono, como es la adecuada gestión de residuos, la adquisición de bienes y servicios que se ajusten a los principios de sostenibilidad ambiental con mejor eficiencia energética.
Específicamente en las unidades médicas se realizan acciones que van desde el ahorro de papel, agua, energía y que pueden ser tan sencillas de aplicar como es el apagar las luces de áreas que no se utilicen o el mismo equipo de cómputo; pero también las nuevas unidades médicas desde su concepción se proyecta que sean con un enfoque de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, integrando paneles solares para calentamiento de agua, planta de tratamiento de aguas residuales, espacios “verdes” con vegetación endémica que sirven como zonas de eco-bienestar para el personal y usuarios, lo anterior considerando el efecto a la salud mental que también conlleva el cambio climático.
Por lo anterior, es necesario que todos seamos responsables, no solo de nuestra salud, sino también de la salud del planeta, reducir nuestra huella de carbono y sobre todo saber cómo enfrentar el cambio climático.