A Jannik Sinner le dijeron que la venganza era un plato que se servía frío, pero el italiano ha lanzado fuego a Carlos Alcaraz para devorarlo de un bocado apenas 35 días después de sufrir una humillante remontada por el título de Roland Garros ante el español. El transalpino saboreó las mieles de una dulce revancha para destronar al murciano como rey de Wimbledon y erigirse como el primer tenista de Italia en el trono de la Catedral del Tenis.

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Fue otra épica Final entre los dos nuevos protagonistas del deporte blanco. Pero esta vez, el número uno del mundo se ha salido con la suya. Remontó un set en contra para vencer al bicampeón defensor y alzar por primera vez el trofeo de Wimbledon con un marcador que terminó a su favor con parciales de 4-6, 6-4, 6-4 y 6-4, luego de tres horas y cuatro minutos de un duelo vibrante.

El italiano de 23 años de edad sumó así su cuarto título de Grand Slam, para consolidarse como una fuerza dominante en el circuito. El choque entre Sinner y Alcaraz, dos titanes de la nueva generación, fue un espectáculo de poder, estrategia y resiliencia en la cancha central del All England Club.

Alcaraz, quien había ganado las últimas dos finales masculinas allí, mostró inmediatamente su clase al llevarse el primer set con un punto espectacular en el que su característico revés cortado en carrera neutralizó un ataque feroz de Sinner. Con el público a sus pies con un rugido alentador y el español con su gesto característico para celebrar con la mano en la oreja, parecía que repetiría su dominio en esta rivalidad, donde había ganado los cinco enfrentamientos previos, muchos de ellos en sets decisivos.

Sin embargo, Sinner, conocido por su mentalidad de hielo y su capacidad para aprender de las derrotas, cambió el guion. A partir del segundo set, el de San Cándido, Italia, encontró su ritmo, aprovechó los problemas del nacido en El Palmar, España, con el primer servicio y desplegó entonces un juego agresivo que le permitió igualar el marcador.

En el tercer y cuarto set, el itálico mantuvo la presión, al salvar momentos clave con saques precisos y golpes de fondo que desafiaron incluso la defensa prodigiosa de Alcaraz. Una doble falta del español en el tercer episodio y la determinación de Sinner en el cuarto sellaron una victoria que resonará como un punto de inflexión en su carrera.

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“Quiero empezar con Carlos. Gracias por ser el jugador que eres. Es muy difícil jugar contra ti. Tenemos una relación increíble fuera de la cancha, pero jugamos bien dentro. Sigue adelante, seguirás levantando este trofeo muchas veces”, dijo Sinner tras la victoria, dedicando palabras de admiración a su rival. Y también agradeció a su equipo, familia y, en un toque emotivo, a su hermano, presente en la grada al no haber carrera de Fórmula 1 ese fin de semana.

“Sufrí una derrota dura en París. Pero no importa cómo ganes o pierdas. Simplemente tienes que entender qué hiciste mal, aceptar la derrota y seguir trabajando. Por eso tengo este trofeo aquí”, añadió, mientras reflexionaba sobre su camino tras la Final perdida en Roland Garros.

La rivalidad entre Sinner y Alcaraz, que ha cautivado al mundo del tenis, escribió un nuevo capítulo en Wimbledon. Aunque el español había dominado los enfrentamientos previos, incluido un tie-break devastador en Roland Garros (7-0, 10-2), Sinner demostró que cerró la brecha psicológica que comenzaba a alargarse.

Su capacidad para mantenerse competitivo durante largos tramos y superar los momentos de genialidad de Alcaraz fue clave para romper la racha del español, quien se quedó a las puertas de un tercer título consecutivo en Wimbledon. El triunfo no solo le otorgó a Sinner el icónico trofeo con forma de piña, sino también un premio de 3 millones de libras esterlinas, aunque, según Forbes, el fisco británico gravará sus ganancias con una tasa efectiva del 36.52%.

A diferencia de Alcaraz, quien enfrenta impuestos más altos en España, Sinner, residente en Mónaco, por lo que no pagará impuestos adicionales fuera del Reino Unido, lo que le permitirá retener una mayor parte de su premio.

Con esta victoria, Sinner suma Wimbledon a sus títulos en el Australian Open y el US Open, por lo que ha quedado a un solo paso de completar el Grand Slam de carrera, si conquista Roland Garros en el futuro. Su actuación en Londres, además, llega tras superar un periodo complicado, luego de una suspensión de tres meses tras dar positivo por un esteroide anabólico prohibido, según un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Lejos de detenerlo, estas adversidades parecen haber fortalecido su determinación.

Por su parte, a pesar de la derrota, Carlitos recibió una ovación ensordecedora del público de Wimbledon, que reconoció su esfuerzo y carisma. El español, conocido por elevar su juego en los momentos clave, no pudo contrarrestar la consistencia de Sinner esta vez, pero su legado en el torneo, con dos títulos previos, sigue intacto.

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A sus 22 años, continúa siendo un referente, y su rivalidad con Sinner promete más capítulos memorables. Mientras tanto, el tenis mundial tiene un nuevo rey en la hierba de Wimbledon, y su nombre es Jannik Sinner