Ciudad de México, 11 sep (EFE).- Para Javier González “El Tamarindo”, lo que empezó como un juego ahora lo mantiene en la escena musical como una de las figuras que, además de impulsar el talento de artistas como Carin León, llevan a otro nivel el género regional mexicano.
“Es la era de los mexicanos, ya le tocó al reguetón, al hip hop, mucha gente dice que el latino está de moda, y yo creo que el regional se está poniendo en los cuernos de la luna, todo el mundo quiere grabar con los mexicanos”, asegura González esta sábado en entrevista con Efe.
A los 18 años, el mexicoestadounidense comenzó a impulsar carreras de artistas casi sin saberlo.
Se iba a los bailes a socializar con los músicos que cantaban en ellos y con la cámara de su celular grababa entrevistas a manera de un “álbum musical de recuerdos” para subirlo a su canal de YouTube, Tamarindo Rekordz, nombre de su ahora disquera.
“Por querer tener un álbum de recuerdos de música, (el proyecto) se fue yendo hasta donde estamos ahora”, asegura satisfecho.
Gerardo Ortiz, Calibre 50, El Komander, los Hermanos Vega Jr. y muchos otros más, fueron algunos de los artistas que González acompañó antes de que despegaran sus carreras, pero como todo “buen novato”, no recibió ningún beneficio económico por haberlo hecho.
“Me siento orgulloso de haber sido parte de proyectos hoy concretados en los que yo creí en su momento y en los que aporte mi granito de arena”, dice el empresario, quien asegura mantener amistad con los artistas.
No fue hasta que conoció a Remmy Valenzuela que comenzó con su exitosa carrera como representante.
DIVERSIDAD Y ACTUALIDAD
El regional mexicano no es el único género que compone el universo musical de González.
“Yo he sido bastante versátil, escuchaba reggae, regional mexicano, trova, Blink 182, hasta Rammstein”, manifiesta.
Y es probablemente esa versatilidad lo que lo ha llevado plantearse nuevos caminos para la música mexicana.
Para su fortuna, el público ha ido aceptando esos nuevos senderos en los que ha encauzado al género, por lo que considera que cada vez es más popular el regional mexicano.
“Siempre esperé este momento, no pensé que me fuera a tocar y estoy feliz de que me agarre preparado. Hace poco que la gente cambió de mentalidad y ahora acepta los cambios. Yo siempre peleo por las raíces del regional mexicano, pero me gusta experimentar”, cuenta.
UN NUEVO TALENTO
Sin ser músico y sin tener una familia dedicada a la industria, Javier desconfiaba de su talento para escribir cuando de pronto se sorprendía modificando en su mente la letra de las canciones que escuchaba.
“Yo escuchaba una canción y en mi cabeza estaba haciendo otra y para mí era una tontería, estaba joven y pensaba que de dónde me iba a salir ser compositor”, recuerda.
Fue así, cuando con 20 años, descubrió en un taller de autos en el que trabajaba que podía hacer canciones.
“Cambiando aceites es como aprendí a componer”, menciona el también productor.
ENCUENTRO CON EL LÉON
González y Carin León se encontraron cuando el segundo acababa de firmar con una disquera cuando formaba parte de Grupo Arranke y él aún “se llamaba Óscar”.
La relación de amistad surgió y la profesional también, pues juntos tuvieron una química especial a la hora de escribir, y en la convivencia sincera diaria, Carin encontró en Javier a quien podría despegar su carrera, por lo que le pidió que fuera su representante.
Esta historia comenzó en 2018 y desde entonces Carin se ha convertido en una de las figuras más versátiles del regional mexicano al explorar sonidos diversos que van de las baladas, al flamenco y hasta el urbano.
“El reto con Carin totalmente es internacionalizarlo, tiene toda la capacidad ha sido bastante disciplinado y él no me limita. Yo siempre he sido el loco del cuento, de ir por más, y él está igual o más loco que yo, eso me ha ayudado mucho a ver más real el sueño”, cuenta el representante, quien promete vienen grandes colaboraciones con él.
Además de Carin, González le apuesta desde Tamarindo Rekordz a artistas como Tomas Ballardo o Los Tepokas, por mencionar algunos y las propuestas en desarrollo van del sonido más tradicional ranchero, a cumbias o jazz. EFE