Entre las más de 15 mil personas presentes en el Palais Omnisport de París-Bercy, hoy conocida como Accor Arena de la capital francesa, un niño de 12 años de edad quedó marcado para siempre por la magia de Michael Jordan en aquel otoño de 1997.

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Su nombre era Joakim Noah, quien tomó como inspiración a ‘Su Majestad’, al grado de convertirse a la postre en jugador de NBA 10 años más tarde, coincidentemente, elegido por los propios Chicago Bulls en el Draft del 2007.

Los Bulls disputaron el París Open McDonald’s en octubre de 1997, como parte de los esfuerzos de los equipos de la liga por internacionalizarse, meses después de conquistar el quinto de los seis anillos que MJ23 les ayudó a ganar. Noah tuvo el privilegio de poder asistir y conocer de cerca a sus ídolos. Es por eso que ahora, ya retirado de las duelas, se ha sumado a la iniciativa de la NBA para llevar el juego a cada rincón del planeta, para impulsar a niños a soñar en grande, como ocurrió con el nacido en Nueva York.

“Para mí personalmente, esta historia es profunda. Vine de París y el primer juego global fue en París cuando Michael Jordan fue con los Chicago Bulls. Resulta que yo estaba en el estadio y solo ver jugar a Michael Jordan fue una inspiración para mí. Me hizo trabajar muy duro cuando era niño. Ese es el poder de los juegos globales, ese es el poder de cuán internacional es este juego. Puedes ser un niño con un sueño y tus sueños pueden hacerse realidad como jugador”, recordó ‘Sticks’ en su visita a México para inaugurar la segunda NBA Store en CDMX.

Ese niño se convirtió en adolescente. Y nunca dejó de botar el balón. Hijo de madre sueca y padre camerunés, vivió una parte de su infancia en Francia, para luego regresar a territorio estadounidense, donde disputó numerosos torneos callejeros, donde recibió el apodo de ‘The Noble One’, debido a que alguien escuchó decir que era hijo del famoso tenista profesional Yannick Noah, ganador del Roland Garros 1983.

“Mi padre es alguien muy especial, obviamente era mi mentor, casi como mi hermano mayor. Siempre estaba al más alto nivel, ahora tengo una pequeña niña, mi pequeña hija, así que él tiene 65 años y está muy orgulloso”, compartió el egresado de la Universidad de Florida.

Joakim sabía que debía escribir su propia historia más allá de la fama de su padre en el deporte blanco y al ser testigo del fenómeno que era Jordan, eligió las duelas como su hábitat natural. Así fue como resultó elegido en la novena posición global del Draft de 2007 por los Bulls.

“Jugué para los Chicago Bulls después de ese (en París) juego durante 10 años. Así que para mí personalmente, ese juego es muy importante. Y por eso trato tanto como puedo de ir por todo el mundo y hablar sobre la importancia de poder llevar la NBA a diferentes márgenes”, explicó.

Cuando Noah ingresó a la liga, se trató de la primera vez en la historia que un trío de jugadores procedentes de la misma universidad (Florida) lograron ser seleccionados en las primeras posiciones, ya que Al Horford y Corey Brewer también llegaron a la NBA como el tercero y séptimo pick, respectivamente. ‘Jo’ se convirtió en un jugador de respeto en la liga, al grado de ganar el premio al Jugador Defensivo del Año en 2014.

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Pero a pesar de la fama, nunca olvidó aquel día en que mirar a Jordan cambió su vida y creó entonces la Noah’s Arc Foundation en 2010 para ofrecer oportunidades a jóvenes de comunidades de escasos recursos para inspirarlos y despertar su capacidad de lograr un impacto positivo en sí mismos y en el mundo a través del baloncesto y otras actividades.

“Estoy feliz, el trabajo social es muy importante alrededor del mundo. Es donde tú creces de ser una semilla a ser una planta para ser un día un gran árbol. Así que el deporte es una gran manera de mantener a los niños juntos y también un lugar donde hacer tarea, donde te puedes sentir seguro, esas cosas son muy importantes. Empecé la fundación tan pronto como me hice profesional, vi a mi padre hacerlo y es algo que me pone orgulloso ahora, tener una plataforma para hablar con los niños, estar con ellos, donde puedan expresarse y practicar deportes”, señaló.

El ahora exjugador de 40 años de edad se casó en 2022 con la supermodelo Lais Ribeiro. Y como buena brasileña, le inculcó la pasión por el futbol a Noah, por lo que la noticia de la llegada del entrenador italiano al banquillo del Scratch du Oro lo emociona, de cara al Mundial de México, Estados Unidos y Canadá 2026, al que pretende asistir a su inauguración en el Estadio Azteca.

“Mi esposa es brasileña, así que no tenía muchas opciones (sobre mirar fútbol) pero amo Brasil, amo ese lugar, donde he pasado momentos muy especiales. Obviamente tienen la tradición en Brasil del futbol, sé que tienen un nuevo entrenador (Ancelotti), así que es emocionante, pero es diferente del baloncesto. Amo la pasión, amo ver gente apasionada por sus países, sé que México es un lugar que realmente se importa por deportes, así que ver en el Mundial a México jugar en el Estadio Azteca sé que será algo que siempre busqué”, finalizó.