Josh Allen hace historia en victoria de Buffalo Bills sobre Pittsburgh Steelers

Josh Allen lidera a los Buffalo Bills a una contundente victoria 26-7 sobre los Pittsburgh Steelers.



Foto: Reuters

Josh Allen anotó un touchdown por aire y otro por tierra que le ayudó a convertirse en el quarterback con más anotaciones terrestres con 76 de por vida. Los Buffalo Bills hilaron una seguidilla de 23 puntos sin respuesta para consumar una contundente remontada sobre Pittsburgh Steelers. De esta manera, el equipo dirigido por Sean McDermott firmó su quinta victoria en los últimos seis enfrentamientos ante el conjunto entrenado por Mike Tomlin.

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Los Bills se metieron al Acrisure Stadium para imponer su ley por marcador de 26-7 y retomar así el camino victorioso luego de su descalabro de la semana anterior ante Houston Texans. Buffalo ahora presume una foja de 8-4, mientras que Pittsburgh quedó con marca de 6-6 luego de su segunda derrota consecutiva, que lo iguala con los Baltimore Ravens en la lucha por la cima de la AFC Norte.

Aaron Rodgers, si bien regresó tras perderse un partido por lesión en la muñeca, encendió las alarmas tras caer al césped golpeado por Joey Bosa, que le provocó sangrado en la nariz y diezmó su desempeño, mientras miraba cómo Allen alcanzaba 76 touchdowns terrestres en su carrera, la mayor cantidad por un mariscal de campo en la historia de la NFL, tras romper el récord absoluto de Cam Newton.

James Cook tuvo 81 yardas en 17 acarreos en la primera mitad, mientras que Buffalo sumó 125 yardas en tierra, pero no terminó allí. A medida que el cuarto periodo llegaba a su fin, el ataque terrestre de los Bills continuó en su masacre sobre Pittsburgh, al correr 237 yardas, cifra histórica pues es la mayor cantidad de yardas por parte de un equipo visitante en campo acerero.

Fue un día destacado en el campo para los Bills, ya que Cook terminó con 144 yardas, mientras que Ray Davis intervino con 62 yardas, Allen con 38 y Ty Johnson con cinco más, mientras los Steelers no tuvieron respuesta al juego terrestre ideado por Joe Brady. Fue una sólida demostración para Buffalo y paralelamente vergonzosa para Pittsburgh, que escuchó regularmente abucheos llover desde las gradas mientras la ofensiva seguía sus fallas.