A Jürgen Klinsmann le apasiona tanto el futbol, que suele cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, con tal de ver los partidos de Xolos en la Liga MX, sobre todo, cuando la MLS está en pausa. El alemán recorre los poco más de 160 kilómetros que separan su casa en Newport Beach, California, de Tijuana, Baja California, y visita el Estadio Caliente, donde es un asiduo testigo de cómo el balompié azteca se ha transformado en un campeonato que cada vez exporta menos talento a Europa.

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A sus 61 años, Klinsmann es actualmente miembro del grupo de estudio técnico de la FIFA. A pesar de que dirigió a la Selección de Estados Unidos entre 2011 y 2016, echó raíces en territorio estadounidense, desde donde contempla el futbol desde otra perspectiva. Pero con México, posee una particular conexión.

Fue el anotador del primer gol en la remontada de Alemania contra el Tri en el Mundial de Francia 1998, cuando los entonces dirigidos por Manuel Lapuente cayeron 2-1 pese a haberse ido al frente con gol de Luis Hernández. Luego, enfrentó en diversas ocasiones a la selección verde como entrenador del USMNT, por lo que ha visto de cerca la evolución del futbol mexicano.

“He entrenado con los Estados Unidos durante casi seis años y he jugado muchas veces contra México. Siempre ha sido divertido. Siempre ha sido un placer y hay mucho talento en el fútbol mexicano. No hay duda de eso. Ahora vamos a albergar juntos la Copa del Mundo el próximo verano y será realmente emocionante”, respondió a pregunta expresa de OVACIONES durante una mesa redonda con la Bundesliga.

Será precisamente en un año, cuando la Copa del Mundo 2026 se dispute por primera vez en tres países: México, Estados Unidos y Canadá. El Tri —dirigido por Javier Aguirre en un tercer mandato— llegará con una camada de jugadores talentosos, pero que cada vez encuentran menos acomodo en las máximas ligas del Viejo Continente, debido a la hiperinflación del mercado interno y otros factores.

“Desde un punto de vista de calidad, se trata de cómo más frecuentemente puedas llevar a tus jugadores al top 5 de las ligas europeas. Eso es lo mejor que tu equipo nacional puede hacer. Necesitas tener a tus jugadores en esas naciones, porque el centro de tendencia del fútbol internacional es la Champions League, y si tienes a tus jugadores en esas competiciones, te beneficiarás al final del día cuando vas a la Copa del Mundo”, explicó.

“Si no estás en Europa, si no estás en esas top 5 ligas, estás en desventaja. Creo que eso realmente ha herido a México en los últimos 10 años. Si México enviara más jugadores a Europa, ganaría experiencia más frecuentemente y su selección lo haría mejor”, continuó.

Actualmente, solo cinco mexicanos juegan en las ligas top de Europa, con Raúl Jiménez en el Fulham, Edson Álvarez en West Ham y Julián Araujo con el Bournemouth, todos ellos en Premier League. Mientas que Santiago Giménez con AC Milan y Johan Vásquez en Genoa, participan en la Serie A de Italia. Aunque en caso de que ‘El Machín’ fiche por el Fenerbahçe de Turquía, la lista se reducirá solamente a cuatro.

“En los últimos seis u ocho años escucho a mucha gente en México decir que los jugadores intentan ir a Europa y hacer su marca. Te beneficiarías de eso. Pero al mismo tiempo, veo Liga MX cada fin de semana, porque vivo en California, y a veces voy a Tijuana a ver un partido. Espero que México envíe más jugadores a Europa”, dijo.

Con la Copa del Mundo a meses de comenzar, para Klinsmann el roce internacional es primordial, particularmente en el caso de México, que no es un asiduo exportador de talento.

“El mayor torneo del mundo es la Copa del Mundo. Si tienes la experiencia de jugar contra los mejores del mundo en ligas como la Bundesliga o LaLiga, llegas mejor preparado. Eso significa que tu selección nacional también jugará mejor”, indicó.

Además de la inflación en el mercado local de la Liga MX, la comodidad de jugar en casa sin lidiar con otra cultura o idioma hace que los futbolistas mexicanos no salgan al extranjero, lo que afecta su fogueo y capacidad de adaptación.

“Para algunos jugadores es fácil adaptarse a un país diferente, otros necesitan más tiempo. Depende de ti cómo soportas una nueva lengua, un clima distinto o una forma de pensar diferente. Pero esa es la belleza del fútbol: tu cerebro tiene que ajustarse. Siempre dejo mis dedos abiertos para cada jugador que hace ese salto y está listo para aprender”, finalizó.