La ética y la estética de la opulencia

LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ FUENTES El pasado 2 de septiembre Carlos Slim señaló que “la mejor inversión universal en todo el mundo es combatir la pobreza. Todos los países deberían estar obligados a ello”; esta declaración no debe verse como un hecho aislado, Bill Gates sostuvo que “las empresas y los gobiernos deben creer que el

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LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ FUENTES

El pasado 2 de septiembre Carlos Slim señaló que “la mejor inversión universal en todo el mundo es combatir la pobreza. Todos los países deberían estar obligados a ello”; esta declaración no debe verse como un hecho aislado, Bill Gates sostuvo que “las empresas y los gobiernos deben creer que el futuro no es concurso en el que los ganadores ganan solo cuando los perdedores pierden. Es un esfuerzo cooperativo en el que todos avanzamos juntos”.

Esto es interesante verlo a la luz de la reunión del presidente López Obrador con los empresarios Francisco Cervantes y Antonio del Valle, donde aseveró que “lo importante no es el crecimiento económico, lo importante es la distribución de la riqueza”, es más sustancial la distribución equitativa y el bienestar, que el crecimiento económico. El presidente ha hecho su parte; mientras que Peña y Calderón aumentaron los impuestos hasta en 27%, durante la administración actual no se han aumentado ni creado nuevos impuestos.

Esto tiene sentido en un país donde hace 40 años no figuraba ningún mexicano en la lista de los más ricos de Forbes, que en su última lista de 2022 incluyen a 14, y cuyas fortunas en conjunto suman más de 145 billones de dólares. En México el número de multimillonarios creció mucho más que el crecimiento de la economía (2.07% en los últimos 10 años), y esto es que en México el 1% más rico concentra el 31% de la riqueza; por lo que no existe una dispersión equitativa de los recursos.

Esto es, el crecimiento se ha concentrado en las manos de unos cuantos, mientras hay 10 supermillonarios, también hay 56 millones en pobreza y 11 más en pobreza extrema. ¿Alguien podría afirmar con estos datos, que el crecimiento económico benefició a los mexicanos?

Más allá de los datos económicos, hay un tema moral que es la obscenidad con la que se gasta, la opulencia y los lujos desmedidos, por ejemplo un influencer sube a redes sin el más mínimo recato moral que se va a gastar hasta un millón de pesos en un día de fiesta, cuando el salario mínimo del país es de 172 pesos diarios; es decir, lo que afirmó que gastó en unas horas, equivale a 5,700 salarios mínimos. Imaginen el cambio social que habría con el puro hecho de que estos potentados en lugar de tener 4 Ferrari, tuvieran uno y con lo demás apoyarán a las escuelas públicas. Buffet y Gates, por mencionar a algunos, han sido un ejemplo de empresarios con una visión ética y social, de los cuales destacan también mexicanos como Carlos Slim, Francisco Cervantes y Antonio del Valle, quienes comparten una visión social y un compromiso patriótico, y que esperamos sean un ejemplo a seguir para los empresarios mexicanos.

Lo anterior nos obliga a dos cosas, lo primero a una política que se centre en una distribución del ingreso, además de generar las condiciones para el crecimiento y el desarrollo, pero también es urgente una visión ética y social de los empresarios.

Es necesaria una agenda del empresariado con una visión más solidaria, en particular con la educación y una nueva estética, lo que nos haría un país más justo pero también empresarios más sensatos y más fuertes.

No tiene sentido tener un crecimiento económico si únicamente crece la riqueza de los más ricos, es importante una distribución más justa, lo cual se logra a través de mejores salarios, de combatir la corrupción, y mejores trabajos y educación. Por eso es fundamental tener una nueva ética y una nueva estética empresarial en México.

Twitter: @LuisH_Fernandez