En el sur de la Ciudad de México, dentro de la Unidad Independencia de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), se conserva un espacio que es más que una habitación: es un pedazo vivo de la historia del futbol mundial. Aquí, en la habitación 01 del hotel de la CISS, durmió Pelé, el ‘Rey del Futbol’, la noche antes de disputar la final del Mundial de 1970, donde Brasil se consagró campeón en el Estadio Azteca.
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Pedro Kumamoto, secretario general de la CISS, presentó este sitio como “una joya deportiva y patrimonial” que simboliza el vínculo entre México y Brasil, y el cariño que el pueblo mexicano mostró hacia el equipo sudamericano durante aquel torneo inolvidable.
Refugio de la selección brasileña
Tras jugar la fase de grupos en Guadalajara, la selección brasileña decidió alojarse en estas instalaciones, recién construidas en 1963. La elección no fue casual: el hotel ofrecía tranquilidad, cercanía al Estadio Azteca y aislamiento del asedio de la prensa y los aficionados, algo que había afectado a otras selecciones como Inglaterra y Portugal.








Durante cinco días, los jugadores de la ‘Canarinha’ se refugiaron en San Jerónimo, donde se prepararon física y mentalmente para el duelo decisivo contra Italia. Desde el balcón de esta habitación, Pelé saludó a decenas de mexicanos que se congregaron en los alrededores, una imagen que quedó grabada en la memoria colectiva y en una fotografía icónica.
Un museo abierto y gratuito
La habitación de Pelé mantiene gran parte de su mobiliario original: la televisión de la época, el escritorio, el baño y el balcón. Se exhiben también objetos simbólicos como una camiseta autografiada por el astro brasileño, una réplica de la Copa Jules Rimet, cerillos del Mundial México 70 y estampas de la mascota Juanito.
Kumamoto destaca que la visita es gratuita y abierta a todo público, de lunes a sábado, únicamente presentando una identificación. “Queremos que este espacio sea un homenaje permanente al deporte, a la hermandad latinoamericana y al espíritu de hospitalidad del pueblo mexicano”, señaló.
Un proyecto de los años sesenta
La CISS fue concebida como parte de la política de bienestar del México de los años sesenta. Su entonces director, Benito Coquet, impulsó un modelo urbano que destinaba el 70% del espacio a áreas públicas: parques, andadores, centros culturales, deportivos y hasta un zoológico.
En la actualidad, la Unidad Independencia mantiene viva esa vocación comunitaria. A unos pasos del hotel se encuentra la escuela de pintura fundada en esa época, que aún ofrece clases abiertas a los vecinos. “Este lugar resume una idea de país: uno que promueve la cultura, el deporte y la convivencia“, expresó Kumamoto.







Un México futbolero
De cara al Mundial de 2026, Kumamoto recordó que la Ciudad de México es la única del mundo que ha recibido tres Copas del Mundo. “Celebramos nuestra historia futbolera, pero también el hecho de que México ha sido un país con los brazos abiertos para los pueblos de América”, afirmó.
La habitación 01 del hotel de la CISS no es solo un vestigio del pasado: es un espacio que conecta generaciones, donde el eco de Pelé aún parece resonar desde aquel balcón, saludando a los aficionados que, hace más de medio siglo, hicieron suyo el sueño brasileño.

Foto: Aracely Martinez 


