Con la proyección de que el Huracán Beryl impacte con la categoría dos o uno en municipios de Quintana Roo, Berenice Peláez, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional explicó que está relacionado con los fenómenos de El Niño y La Niña, que, aunque actualmente se encuentran en una fase “neutral”, se estima que La Niña comience a desarrollarse entre los meses de julio y septiembre con un estimado del 85 por ciento de que se mantenga hasta noviembre de este año o enero de 2025.

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Explicó que La Niña, cuya etapa de acoplamiento se espera que ocurra entre los meses de agosto y septiembre, está asociada a las temperaturas más frías o bajas en el Océano Pacífico que en comparación con el Atlántico, que, aunque no es un “choque entre masas de agua de diferentes temperaturas”, sino que uno de los factores del ciclón tropical se pueda desarrollar es la temperatura del océano.

“Uno de los factores más importantes es la temperatura del océano. Nosotros necesitamos temperaturas cálidas que permitan alimentar el desarrollo de estas grandes nubes que forman los ciclones tropicales y nosotros tenemos aguas más cálidas”.

Consideró que debido a esto se tendrán fenómenos “mucho más organizados y mucho más intensos en el caso de La Niña y lo que ocasiona es que favorece que las temperaturas se fortalecen de forma indirecta y que las temperaturas en el Atlántico sean más cálidas en comparación con las del Pacífico. Es decir, tendríamos más energía que alimenta los sistemas de lado del Atlántico”.

En entrevista, la especialista, aunque reconoció que hay “un cierto grado de incertidumbre” para hacer los pronósticos, indicó que con el área de Climatología y el Centro Nacional de Desastres, se trabaja de manera conjunta para poder determinar el inicio de la temporada de huracanes, su desarrollo, así como la intensidad o la degradación de estos.

Al aclarar que el número de huracanes o la intensidad de estos no se pueden adjudicarse al calentamiento global, ya que para eso se necesitaría hacer un estudio detallado y de varios años para poder determinar que pudiera ser un factor para asociarlo.

“Para que nosotros podamos atribuir un fenómeno al cambio climático se tiene que hacer una evaluación climatológica y se requiere de mucho tiempo, de un análisis mucho más minucioso para poder atribuirlo al cambio climático”, por lo que calificó ese tipo de afirmaciones como “precipitadas”.

En este sentido, insistió en que los fenómenos meteorológicos tienen “tiempos cortos, pero en términos climatológicos, pues para hacer un análisis pensando en el cambio climático, se necesitan muchos años de estudio”.

La especialista indicó también que con el objetivo de que las autoridades y población puedan implementar programas de prevención y acción en caso de que tengan que ser evacuadas las zonas donde los huracanes pasarán o tocarán tierra, como es el caso de Beryl, de quien se proyectó que impacte en dos ocasiones al país.

Y es que, aunque Beryl se encuentra catalogado como huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, se localiza en el Mar Caribe, mantiene su desplazamiento hacia el oeste-noroeste con trayectoria hacia la Península de Yucatán, hasta el momento, se espera que impacte en dos ocasiones y se estima que la primera ocurra la noche del jueves o la madrugada del viernes en la península de Yucatán para desplazarse nuevamente al mar, lo que le haría retomar fuerza e impactar como tormenta tropical entre los límites de Veracruz y Tamaulipas.

¿Qué hace el Servicio Meteorológico Nacional?

De acuerdo con la especialista, el Servicio Meteorológico Nacional tiene un monitoreo constante para poder hacer las previsiones sobre el nivel de intensidad que pueda presentar un huracán o incluso degradarse hasta la fase de tormenta tropical.

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Señaló que con el objetivo de que las autoridades y población puedan elaborar un plan de acción para que en caso de tener que desalojar las zonas donde impactará el fenómeno puedan hacerlo de manera organizada.

Para ello, explicó que conforme se va acercando el fenómeno, emiten boletines oficiales sobre la categoría y velocidad con la que avanza, así como los vientos o afectaciones que pueda llevar a su paso.

En este sentido expuso la meteoróloga, pueden emitir hasta boletines cada tres horas, de acuerdo con el nivel de peligrosidad que pueda representar para la población, como ocurrió en el caso del huracán Otis, que, aunque lo calificó como atípico por su comportamiento y haber cobrado fuerza como huracán categoría 5 se pudo emitir la alerta con anticipación para que las autoridades tomarán las medidas necesarias.

¿Cuándo aplicará el PLAN DNIII la SEDENA?

La Secretaría de la Defensa Nacional dio a conocer que, junto con el Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional se activaron los planes DN-III-E y GN-A para apoyar a la población una vez que toque tierra Beryl en los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

En Yucatán, informó la dependencia que se tienen ya 120 albergues preparados para que las familias que tengan que ser evacuadas cuenten con un refugio seguro, además, de que se cuenta con dos mil 392 militares del Ejército y Fuerza Aérea y dos mil 501 elementos de la Guardia Nacional.

Señaló también que en la zona se contará con dos cocinas comunitarias con capacidad para preparar seis mil raciones de comida caliente diaria, además de que se cuenta ya con maquinaria pesada, cisternas para agua con capacidad de 10 mil litros, ambulancias militares, camiones de volteo de carga y montacargas para su empleo inmediato para remover los escombros que deje a su paso el Beryl.

Aseguró que este martes se envió un avión C-130 “Hércules” de la Fuerza Aérea Mexicana al Aeropuerto Internacional de Chetumal, Quintana Roo, a personal, despensas, material y equipo para el establecimiento del Centro Coordinador de Operaciones DN-III-E y GN-A contra Huracanes Península de Yucatán, con el que también se hará un puente aéreo y terrestre permanente con aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana y tractocamiones del Ejército Mexicano y Guardia Nacional.

Finalmente, señaló que como “situación de alerta” en el Valle de México se cuenta con mil 334 elementos de la Fuerza de Apoyo para Caso de Desastres, del Batallón de Atención a Emergencias, aeronaves y helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana, contando con más de 15 mil despensas y 123 mil litros de agua embotellada de la reserva estratégica de la Secretaría.