La nueva guerra fría tecnológica: China-EEUU

China desafía la hegemonía tecnológica de EE.UU., avanzando en IA y robótica, cerrando la brecha e incluso superándolo en áreas clave



Señal: innovación tecnológica en China  Tendencia: aceleración

Durante décadas, Estados Unidos ha sido el líder indiscutible en tecnología e innovación. Sin embargo, en los últimos meses, hemos visto una creciente cantidad de avances tecnológicos provenientes de China que desafían esta hegemonía. Desde la inteligencia artificial hasta la robótica humanoide, China no solo está cerrando la brecha con EEUU, sino superándolo en áreas clave.

Este cambio de paradigma es una de las transformaciones geopolíticas y tecnológicas más significativas desde la Guerra Fría, cuando la competencia entre EEUU y la Unión Soviética determinó el curso del desarrollo tecnológico global. En aquel entonces, la carrera espacial jugó un papel determinante como símbolo de supremacía tecnológica. Hoy, la inteligencia artificial podría desempeñar un papel similar: convertirse en la nueva “llegada a la Luna”, el hito que definirá qué nación dominará el futuro digital y la automatización global.

Tendencia: la carrera por la supremacía en IA, robótica y automatización

Un ejemplo reciente de este avance es la introducción de robots humanoides en la industria manufacturera china. UBTECH Robotics ha comenzado a desplegar robots humanoides en fábricas de automóviles como la de ZEEKR, en Ningbo, donde trabajan de forma colaborativa levantando cajas pesadas y manipulando materiales sensibles con una precisión que hasta hace poco era exclusiva de los humanos. La contraparte de esto en EEUU son empresas como Tesla y Boston Dynamics, que continúan en fase experimental con sus modelos humanoides.

La inteligencia artificial es el área donde China ha logrado avances más disruptivos. Un ejemplo clave es DeepSeek-V2, el modelo de lenguaje desarrollado en China que ha sido entrenado con una eficiencia sin precedentes, utilizando solo un tercio del cómputo necesario para modelos estadounidenses como GPT-4. Esta eficiencia no solo reduce costos, sino que también acelera la mejora iterativa de los modelos, dándole a China una ventaja competitiva en la implementación de IA a gran escala. Mientras tanto, en EEUU, OpenAI y Google DeepMind lideran la investigación en IA, pero enfrentan regulaciones más estrictas que podrían frenar su ritmo de desarrollo frente a China con mayor acceso a grandes volúmenes de datos y respaldo estatal.

La computación cuántica es otra área donde China está avanzando rápidamente. Recientemente, investigadores chinos anunciaron que su supercomputadora cuántica Jiuzhang 3.0 superó la capacidad de cálculo de los sistemas estadounidenses en ciertos problemas de simulación. Este tipo de avances refuerzan la preocupación de Washington sobre el potencial uso militar y comercial de la computación cuántica por parte de Pekín.

Escenarios de una nueva guerra fría tecnológica

El incremento de la competencia entre EE.UU. y China en tecnologías emergentes nos lleva a varios posibles escenarios de cara al futuro:

1. Fragmentación tecnológica global: si EEUU endurece las restricciones a la exportación de chips y tecnologías avanzadas, el mundo podría dividirse en dos bloques tecnológicos con ecosistemas digitales y de IA incompatibles entre sí.

2. Coexistencia competitiva: un escenario donde ambas potencias reconocen la necesidad de cooperación en ciertas áreas (como regulaciones sobre IA y ciberseguridad) mientras continúan compitiendo en otras, estableciendo nuevas reglas del juego en la economía global.

3. Supremacía china en ciertas tecnologías clave: si el gobierno chino mantiene su estrategia de subsidios masivos y aceleración en investigación y desarrollo, podría consolidar un liderazgo indiscutible en IA y robótica, dejando a EEUU en una posición reactiva.

Por primera vez desde la Guerra Fría, Estados Unidos enfrenta un desafío real a su supremacía tecnológica. La competencia con China en inteligencia artificial, robótica y computación cuántica está redefiniendo la estructura de poder global y marcando el inicio de una nueva era donde la innovación no es solo una ventaja competitiva, sino un campo de batalla estratégico.

La pregunta clave es si EEUU podrá responder con la misma ambición con la que China está reconfigurando el futuro tecnológico, o si asistimos al inicio de una era donde la innovación dejará de estar dominada por Occidente.

Guillermo Ortega Rancé

@ortegarance