La nueva guerra no tan fría

LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ Estamos viviendo los preliminares de un reacomodo brutal en la geopolítica mundial. Por una parte, tenemos una alianza política, económica y militar entre China y Rusia, que es un contrapeso importante para Occidente; y, por otro lado, un Estados Unidos próximo a su elección presidencial que pareciera más el desfile de lo

Continue Reading →



LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ

Estamos viviendo los preliminares de un reacomodo brutal en la geopolítica mundial. Por una parte, tenemos una alianza política, económica y militar entre China y Rusia, que es un contrapeso importante para Occidente; y, por otro lado, un Estados Unidos próximo a su elección presidencial que pareciera más el desfile de lo absurdo y del autosabotaje, con un presidente que habla con personas que no existen y un Trump creciendo y convenciendo, lo que puede llevar a una crisis institucional de gran calado si la Suprema Corte lo baja de la contienda.

La reconstrucción del orden mundial se debe a varios factores. El primero son las intervenciones militares recientes, por ejemplo el ataque de Hamás a Israel, los ataques a hutíes en Yemen y la invasión rusa a Ucrania, que está próxima a cumplir 3 años sin que caiga Kiev, pero logrando las anexiones de Crimea, Sebastopol, Donetsk y Lugansk, así como de Abjasia y Osetia del Sur en Georgia.

Otro factor es el económico, donde resalta la salida del dólar como moneda de cambio internacional en países de Asia, África y en América Latina como Brasil, lo que les permite reducir la dependencia de la moneda estadounidense, en especial en un momento en el que vemos un Estados Unidos decadente e incapaz de poner orden en San Francisco, pero que quiere seguir siendo el policía del mundo sin auténtico liderazgo.

También está el tema de la deuda, China debe 2.4 billones y Rusia 282 mil millones (ambos equivalen al 13% de su propio PIB) mientras que Estados Unidos tiene una deuda externa de 32.9 billones de dólares, lo que equivale al 122% de su propio PIB; para darnos una idea, México tiene una deuda de 880 mil millones, equivalente al 52% de su PIB.

A esto se suma el crecimiento de los BRICS, que en un inicio fueron Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero en los últimos años se han anexado más países como Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, por lo que ahora concentra el 45% de la población total y el 30% de la economía mundial.

Frente a los BRICS y a La Franja y la Ruta, la única salida de Estados Unidos es consolidar el mercado de América del Norte, y esto lo tienen claro, al grado que Trump en su momento amenazó a Emmanuel Macron por el impuesto digital a compañías tecnológicas estadounidenses, aumentando con hasta el 100% los aranceles a productos franceses.
Por lo anterior, el papel de México en este escenario se vuelve estratégico, en el que la independencia y la dignidad diplomática se convierten en activos muy importantes y se pueden volver el punto de convergencia de los dos bloques.

Estados Unidos requiere de México para mantener una aspiración de crecimiento, y tanto Rusia como China necesitan la amistad y cercanía por la posición geográfica del país y la estrechez comercial.

La realidad es que los conflictos se intensificarán, lo que obligará a tener mayor prudencia. Como dicen en los aviones, ajusten sus cinturones y prepárense, que viene la turbulencia.

@LuisH_Fernandez