La oposición llegó débil a las elecciones de jueces, ministros y magistrados y, ante la expectativa de la derrota optó por la deserción, aseguró la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna Luna.
“La oposición llegó débil, sin propuestas, sin candidatos sólidos,y, sobre todo, sin conexión con la ciudadanía. Su estrategia fue la de la deserción. No participaron y, por tanto, no sorprendió que tampoco ganaran. En política, los ausentes siempre pierden”, sentenció.
Advirtió que lo que es más grave es que después quieren hacer pasar su derrota por una dictadura, el cual es un argumento absurdo y desesperado.
El pasado 1 de junio, México escribió una página inédita en su historia democrática. Por primera vez, el pueblo eligió de manera directa a quienes impartirán justicia en el país: nueve ministras y ministros de la Suprema Corte, así como cientos de magistrados y jueces federales. Una hazaña democrática que ningún otro país del mundo ha logrado hasta ahora.
La legisladora de Morena reconoció que esta elección no fue sencilla, proque implicó boletas densas, miles de candidaturas y cargos especializados, pero aun así, se llevó a cabo con orden, con transparencia, y sobre todo, con una altísima participación ciudadana para tratarse de un ejercicio completamente nuevo.
Recordó que la reforma judicial de 2024 tuvo un propósito profundo, democratizar un sistema que durante décadas ha sido coto de élites, ajeno al pueblo, y muchas veces, al servicio de intereses económicos o políticos oscuros.
“Hoy eso cambió. Hoy los jueces deben mirar al pueblo a los ojos, no al poder económico ni a las cúpulas políticas”, sentenció.
Asimismo, destacó el papel de las autoridades electorales, con datos objetivos como que solo 16 casillas no iniciaron a tiempo, en un universo de decenas de miles, por lo que es claro que el INE actuó con responsabilidad, detectó irregularidades y las canalizó al Ministerio Público.
Agregó que el pueblo habló con claridad y Morena obtuvo triunfos importantes en Durango y Veracruz, ganando más de la mitad de los municipios en disputa, aunque más allá de los partidos, lo que realmente triunfó fue la voluntad popular.




