La posición global de México

México impone aranceles estratégicos para proteger la industria nacional y fortalecer su posición en la negociación del T-MEC.



México debe tomar decisiones en la antesala de la negociación del T-MEC, medidas que, aunque no sean diplomáticamente correctas, beneficien a la industria nacional y le den fuerza a los negociadores del tratado.

Contexto

Desde agosto pasado, el Ejecutivo presentó al Legislativo la iniciativa de modificación a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación, para ajustar más de mil 450 fracciones arancelarias, mediante la imposición de cuotas de entre 5% y hasta 50% a productos provenientes de Corea del Sur, India, Vietnam, Tailandia y China, entre otros países con los que México no tiene tratado comercial.

La dedicatoria tuvo base para nivelar el comercio con China, y en búsqueda por obtener más ingresos derivados de las amplias importaciones de aquel país, pero principalmente para alinearse a las políticas estadounidenses y allanar el camino rumbo a la negociación del T-MEC con Estados Unidos y Canadá.

Las empresas asiáticas buscaron modificar la iniciativa y aunque regularmente guardan silencio ante los movimientos políticos, trataron de buscar una prórroga de seis meses de discusión; sin embargo, su petición fue escuchada y considerada, pero no acatada, siendo que la última semana de sesiones en el Congreso fue un hecho su aprobación en Diputados y Senadores.

La base de la medida

El Tratado entre México, Canadá y Estados Unidos representa anualmente más de 800 mil millones de dólares de intercambio entre EEUU y México, e impulsa muchos de los sectores que son fundamentales para la economía de nuestro país, como son el automotriz, aeroespacial, textil y otros que tuvieron fuerte repercusiones en la modificación legislativa a manera de blindaje a la producción nacional. Por otro lado, la imposición de estos aranceles, que entrarán en vigor en enero, traerá a las arcas alrededor de 52 mil millones de dólares en importaciones, con base en datos del proyecto de iniciativa.

La oposición en el Congreso argumentó una aprobación en fast-track, aunque se analizó minuciosamente por la Comisión de Economía, presidida por el panista Miguel Ángel Salim Alle, quien escuchó a los grupos interesados en el resultado de la propuesta de política pública recaudatoria, con el respaldo en ambas cámaras y de la Secretaría de Economía, en presencia del subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez Romano.

El gobierno chino acusó la medida de proteccionista, ha solicitado explicaciones y eliminar la medida arancelaria. Mientras tanto, el país asiático avanza a pasos contundentes en sus alianzas comerciales con otros países, principalmente en África, Latinoamérica y los países árabes.

La respuesta del gobierno mexicano, a través del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, con el respaldo absoluto de la doctora Sheinbaum, fue: “Si quieres vender en México, produce aquí”; si quieres importar, también tienes que exportar: el objetivo argumentado es generar empleo en México y proteger 350 mil empleos existentes, que México gane en el proceso manufacturero y proteger nuestro mercado, explicando claramente el secretario que los productos chinos seguirán manteniendo su mercado, a costa de la reducción de sus márgenes, que son muy amplios.

En conclusión

México está buscando hacer todo lo posible por empatizar con Estados Unidos, a escasos días del comienzo de la revisión del T-MEC, y puso una barrera arancelaria al estilo Trump que, si bien se presenta como justa para la economía mexicana, no se observa diplomática, en particular por el país asiático; sin embargo, la prioridad para el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo es mantener, a como dé lugar, las mejores condiciones posibles con nuestro principal socio comercial.

Ante la pregunta concreta de si es correcta la medida, depende de quién sea el que la responda: para las empresas chinas no lo es por la reducción de márgenes, para las mexicanas lo es por la protección frente a una competencia voraz y evitar el dumping, y para el gobierno mexicano lo es, conociendo los beneficios que esto podría generar en la negociación del T-MEC; todo esto le da a México una clara posición en el tablero global.