El montaje de “La Ratonera”, de Ágatha Christie, entró en su recta final en el Aula Magna del Instituto Cultural Helénico, donde ofrecerá sus últimas funciones el sábado 27 y domingo 28 de diciembre, luego de una temporada caracterizada por el suspenso clásico, el rigor de época y una relación cercana con los espectadores.
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Jorge Romero, director y actor de la obra, explicó que la vigencia de La Ratonera radica en la solidez de su estructura narrativa, que reúne a ocho personajes atrapados en una casa de huéspedes aislada por la nieve, donde un asesinato convierte a todos en sospechosos bajo una investigación policial que avanza entre silencios y tensiones.
El texto, escrito originalmente por Ágatha Christie en 1947 como Three Blind Mice y llevado al teatro en 1952, ha mantenido una presencia ininterrumpida durante más de siete décadas, consolidándose como una de las piezas más representativas del thriller policíaco en escena.
La versión presentada en el Helénico sitúa la acción en la Inglaterra de la posguerra, un contexto social en reconstrucción que marca el comportamiento, los códigos y las relaciones entre los personajes, lo que exigió un trabajo riguroso de investigación histórica por parte del elenco y el equipo creativo.
Romero subrayó que uno de los principales retos fue lograr una coherencia tonal entre los intérpretes, para que todos los personajes parecieran surgir de una misma lógica dramática y evitar rupturas que debilitaran el misterio central de la obra.
El Aula Magna del Helénico aportó un espacio escénico cercano al planteamiento original de Christie, con accesos laterales, chimenea central y ventanales, además de una disposición que permitió al público observar gestos mínimos, miradas y reacciones clave para la trama.
El elenco está integrado por Adriana Occelli, Alejandro Aguilar, Jordi Pie, Manuel Queli, Lola Ugalde, Paula Rabanal y Mauricio Estévez, mientras que Jorge Romero asumió el papel de Paravicini, tras un ajuste interno que dejó a Jordi Pie con el personaje de Christopher Wren.
La traducción y adaptación cuidaron la fidelidad al lenguaje original, sin recurrir a una localización forzada, mediante un trabajo minucioso de palabras y sinónimos que preservó el ritmo dramático y acercó el texto al espectador contemporáneo.
La cercanía con el público se volvió un elemento central de la experiencia, al exigir una actuación precisa y sostenida, donde respiraciones, pausas y silencios adquirieron peso dramático en una historia construida desde la sospecha permanente.
Durante la temporada, el involucramiento del público se hizo evidente en los intermedios, cuando surgían conjeturas colectivas sobre la identidad del asesino, reflejo del impacto del montaje.
Las funciones finales de “La Ratonera” se realizarán el sábado 27 de diciembre a las 7:00 pm y el domingo 28 de diciembre a las 6:00 pm, marcando el cierre de temporada de uno de los clásicos más emblemáticos del teatro de misterio.

Eder Zárate 


