FLOR YAÑEZ
La señora “X” de la noche a la mañana, se convirtió en la abanderada más popular entre los aspirantes por el frente Amplio por México a la Presidencia y hasta el día de hoy, tiene una esquina asegurada en el ring para la pelea de “peso súper pesado” por el “título mayor” o banda presidencial.
En la otra esquina, las encuestas (también al día de hoy), han colocado a la señora “C” para pelar con “X” con la esperanza de que gane por “knok out” desde el primer round. Aún falta tiempo para decidir si éstas serán las “peleadoras” y de ser así, por lo menos “X” deberá consolidarse y lograr una campaña sostenible más allá del “boom” mediático que posee en este instante.
La política resulta totalmente impredecible, como los conflictos, que se desarrollan a una sorprendente velocidad, cambian repentinamente de actores, intereses y de luchas de poder internas, pudiendo alterar los objetivos y complicar el escenario. En el teatro griego, autores como Sófocles y Esquilo escribieron “Tragedias”, obras dramáticas de conflictos que mostraban los fatales escenarios de la vida real. Los “trapitos” de la política están cortadas a la medida para estas obras. Estamos en preparación para el teatro, o circo mejor dicho, porque los personajes candidateables ya se están disfrazando para entrarle a la “tragedia”, y aprovecharán cualquier coyuntura que les aventaje de los demás, que seguramente, creará conflictos.
Un diagrama en forma de montaña sobre la escalada y desescalada de los conflictos propuesto por Woodhouse, indica que, en inicio, aparecen las diferencias que son intrínsecas al desarrollo social. Le sigue la contradicción y ésta le da paso a la polarización. Aquí las partes antagónicas se manifiestan, pudiendo estallar en violencia, como ya lo vimos con personajes como la desertora Lily Téllez, con sus buenos dramas televisivos.
La característica principal de un conflicto violento, es que las partes genuinamente creen que son víctimas de una injusticia y ambas le rezan a “Dios” para que se ponga de su lado. En este punto, todos creen tener la razón. De esta etapa sigue el pico más alto de la montaña y se manifiesta en forma de “guerra”, o “pelea de box”, algo así pudiera pasar con la señora “X” v.s la señora “C” en la contienda. Para des-escalar el conflicto, lo primero es parar los fregazos, lograr acuerdos, reestablecer la normalidad y finalmente, reconciliarse y perdonar, que es nivel más profundo de la resolución. El conflicto debe atenderse desde sus fases iniciales antes de que se torne violento y evitar que resurja una y otra vez con más fuerza.
La próxima vez que lea una nota respecto a los, las y les posibles candidatos a la Presidencia, recuerde esta montaña del conflicto para pronosticar cómo será la evolución de esta tan importante carrera de once meses a la meta final, y cómo podrán cambiar los candidatos, intereses y objetivos de esa tragedia. Sobre todo, ver si “X” y “C” siguen siendo las candidatas.
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