Laberinto oficial

El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, expone la violencia, la impunidad y la fragilidad del gobierno en Michoacán.



Más de 12 horas tardó el oficialismo en reaccionar al asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Tal vez estaban esperando que alguien redactara la postura correcta. Actores políticos, sociedad civil e iniciativa privada condenaron el crimen apenas se difundió la noticia, mientras el gobierno aún afinaba el tono. Incluso la oposición, en su letargo, entendió antes lo evidente. Quizá ahora la presidenta Claudia Sheinbaum deba mover ficha -de preferencia con acciones y no discursos- para demostrar que la lucha contra la delincuencia no se frena ante compadrazgos ni se pierde entre fueros, porque la impunidad no tiene color… aunque parezca uniforme.

Bedolla, otra carga para Sheinbaum

El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, se ha convertido en otro dolor de cabeza para Claudia Sheinbaum. Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, y las protestas que siguieron, Bedolla fue abucheado y expulsado del funeral entre gritos de “¡asesino!” y “¡renuncia!”. Las marchas y el portazo al Palacio de Gobierno exhiben un estado fuera de control, donde la violencia sigue mandando. Como antes Layda Sansores en Campeche o Rubén Rocha en Sinaloa, Bedolla pasa de aliado a lastre político. Sheinbaum prometió orden, pero sus gobernadores más leales están empeñados en complicarle el discurso de estabilidad.

Estrategia fallida

Carlos Manzo sostuvo por meses un pulso público con la Federación: denunció amenazas, pidió refuerzos, exigió “mano dura” y advirtió sobre la presencia de grupos armados y un campo de adiestramiento en la meseta purépecha. Su asesinato, en pleno centro histórico del municipio, provocó temor, incertidumbre y rabia, pues a pesar de contar con protección de la Guardia Nacional y la Policía Municipal, un agresor logró acercarse y dispararle siete veces. ¿Qué puede esperar cualquier otro ciudadano en este convulso país?

Un pendiente menos

En medio de las polémicas en que se ha visto envuelta la Máxima Casa de Estudios del país en los últimos meses, una buena noticia es que las autoridades y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México acordaron el incremento salarial de 4 por ciento directo al salario, que estará vigente del 1 de noviembre de 2025 al 31 de octubre de 2026. Habrá que esperar a ver cómo les va el próximo año.

Qué tanto es tantito

Dicen las autoridades capitalinas que sólo serán 45 pesitos más al mes para cada usuario por el aumento al transporte. Una cantidad “mínima”, para igual seguir viajando igual de apretado, en unidades propensas a accidentes o fallas por falta de mantenimiento y con la música a todo volumen. Y si alguien no está de acuerdo, siempre puede “optar” por la movilidad integrada del gobierno capitalino, que -por el momento- no tiene incremento. Lo irónico es que hace apenas un año Clara Brugada prometía no subir tarifas ni crear nuevos cobros. Pero ya se sabe: las promesas se mueven rápido… aunque el transporte no.