Nicolás Larcamón se quedará en Cruz Azul… por ahora. Aunque está claro que la paliza de 7-0 a manos de los Sounders en Seattle, ya debilitó mucho un proyecto en ciernes, que pinta para ser efímero y convertirse en fracaso muy pronto.

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Porque más allá de que haya sucedido en un torneo de baja relevancia como la Leagues Cup, lo que le sucedió a La Máquina es el ridículo histórico por excelencia de un equipo mexicano ante la Major League Soccer de Estados Unidos, que pese a resultados como el de este jueves, jamás será vista al mismo nivel en México. De ahí que la humillación sea peor aún.

Larcamón recibió el respaldo de la directiva, encabezada por el presidente Víctor Velázquez y secundado por el director deportivo, Iván Alonso, quien por supuesto después de esta vergüenza internacional, de nuevo está en el “ojo del huracán“.

Si bien es cierto que un 7-0 en el argot futbolístico es un resultado “saca técnicos“, esta vez hacerlo significaría para la directiva y sobre todo para el uruguayo, exhibir que se tomó una decisión fallida en el proyecto deportivo para el club en cual trabaja, apenas un par de meses después de haber ganado la Concachampions con otro técnico.

Aunado a ello, representaría ceder ante una presión tanto mediática como pública por parte de la afición, que de inmediato sucedido el 7-0, exigió la salida de Nicolás Larcamón del banquillo, tal cual sucedió en 2022 con el uruguayo Diego Aguirre, quien era el técnico cuando América le ganó por ese mismo marcador a La Máquina, si bien en aquel momento Iván Alonso no estaba en la institución.

El caso Giakoumakis y la filtración de los contratos

Para acabarla de “amolar”, la paliza llegó el mismo día en que se hicieron públicos los contratos que Cruz Azul firmó para traer al griego Giorgos Giakoumakis, por el que el club habría desembolsado casi 30 millones de dólares entre el fichaje, salario, bonos, etcétera, cifra estratosférica para el futbol mexicano, con un futbolista que para nada ha redituado al equipo y que ahora el club no ha podido acomodar en ningún lado, justo porque es muy caro.

Por esa misma situación, de no poder acomodar a Giakoumakis y así liberar una plaza de extranjero en el club, tampoco es que se cerró pronto el fichaje de Luka Jovic y terminó por caerse, también este mismo jueves.

Y también, claro que esto llegó a oídos de los jugadores antes del encuentro ante Seattle, lo cual pudo haber condicionado su actitud en el terreno de juego, sin que eso fuera un justificante para recibir un 7-0.

Otra ‘rayota’ más a Iván Alonso en Cruz Azul

Por supuesto que las críticas y cuestionamientos deben ir en su mayoría dirigidos a Nicolás Larcamón, quien es el técnico celeste y es el que toma las decisiones en el terreno de juego y en el día a día con sus jugadores.

Sin embargo, es claro también que hay una corresponsabilidad en todo esto y esa incide directamente tanto en Iván Alonso como en Víctor Velázquez, quienes tomaron la decisión de echar a Vicente Sánchez del club, sin importar que prácticamente a este mismo plantel lo hizo jugar mucho mejor y lo sacó Campeón de Concacaf.

En particular, es otra “rayota” más en el cuaderno de responsabilidades de Alonso, que en Cruz Azul, además de la situación de los fichajes, ha tenido muchas polémicas y comportamientos cuestionables, que hayan sido exagerados o no de puertas para fuera del club, lo real es que todos sucedieron.

Lo más reciente había sido que a Alonso le molestó que Vicente Sánchez se lo “saltara” y hablara directo con Víctor Velázquez, lo cual desencadenó que el uruguayo de mayor rango en el equipo echó al otro.

Antes de eso, se dio la situación de Martín Anselmi, quien a principio de año dejó tirado al club para irse al Porto y desde Portugal, ventilaron que Iván Alonso había aceptado cierta cantidad de dinero a manera de cláusula de rescisión, que no correspondía al contrato que tenía firmado el argentino. Eso derivó en una disputa legal entre ambos clubes, que terminó con Cruz Azul aceptando ciertos términos del Porto, si bien Anselmi ya fue despedido del club portugués.

En diciembre del 2024, el equipo de trabajo de Alonso, principalmente Mathías Cardacio y seguridad del Cruz Azul, agredieron al reportero Édgar Malagón que entraba a la sala de prensa, luego de la eliminación a manos del América en las semifinales del Apertura de ese año. Alonso también estaba en el lugar en ese momento.

En enero de 2024, Alonso también protagonizó un bochornoso episodio público en los vestidores del Estadio Ciudad de los Deportes, cuando fue a reclamarle a Miguel Herrera unas declaraciones públicas en las que el técnico, entonces de Xolos, había cuestionado la honestidad del directivo uruguayo.

Lo malo para Alonso es que, preso de su enojo, no reparó que su reclamo lo hizo a un lado de los periodistas que estaban en la sala de prensa, por lo que sus reclamos, empujones, manotazos y demás, quedaron muy bien registrados por los reporteros, al ser un espacio muy estrecho entre la zona de vestidores y sala de prensa.

Ese zafarrancho, le costó al sudamericano un castigo de la Liga MX y ser inhabilitado por un mes en el que no pudo acceder a los partidos de Cruz Azul.

Todo ello, sin olvidar que antes de su llegada a La Máquina, Pachuca le sugirió a los cementeros no contratarlo, ya que cuando tuvo el mismo cargo de director deportivo en los Tuzos, la directiva descubrió que quería cobrar hasta 200 mil dólares de comisión por fichajes.

Algo sucede en La Máquina que la situación no funciona y luego de esta paliza ante Seattle, y si los resultados no llegan pronto, el despido no sería solo de Larcamón, sino que también Iván Alonso ya ha hecho “méritos” y muchos para que salga de La Noria.