Las poderosas sirenas cuya resiliencia hace suspirar a México por la natación artística de París 2024

México acudirá por primera vez en equipo a nado sincronizado de Juegos Olímpicos desde 1996 y como favorito al podio



Foto: Cortesía @COM_Mexico

Cuando Adriana Loftus despertó la mañana del 4 de mayo de 2024, creyó que todo había sido un sueño. Se paró de la cama y se acercó a algunas de las chicas del equipo mexicano de natación artística que se levantaron con esa misma sensación de incredulidad tras concretar la insólita hazaña de colgarse la medalla de oro en la prueba de rutina técnica en la Copa del Mundo de la especialidad.

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Ocurrió en el Centro Acuático de París, Francia, mismo recinto donde en unos días tratarán de replicar su épica actuación, ahora en los Juegos Olímpicos.

No conformes con su excepcional exhibición en pleno escenario donde ahora intentarán dar ese último esfuerzo para confirmar su condición de leyendas, aquella histórica participación en la segunda parada de la Copa del Mundo de natación artística fue aderezada con otra medalla de oro, esta última, en la rutina acrobática. Las ondinas han parado de hacer historia, pues anteriormente devolvieron a México el prestigio internacional al llevar de regreso al país en la prueba de natación artística con carro completo por primera vez desde Atlanta 1996.

La disputa que golpeó al equipo de natación artística

Pero como toda gran historia, nada ha sido obra de la casualidad y todo —hasta los más dolorosos problemas— se ha conectado para detonar esta explosión bajo el agua. Comenzó con un golpe, de esos que sacan el aire y hacen creer por un momento que todo está perdido. Fue el ahora expresidente de la extinta Federación Mexicana de Natación, Kiril Todorov, quien esencialmente las salpicó con su escándalo de corrupción del que fue acusado por peculado.

Por esa misma razón, la directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), organismo encargado de administrar y proveer los apoyos gubernamentales a los atletas, cerró el grifo que provocó la sequía de incentivos económicos para todos los atletas acuáticos, incluidas las sirenas de la natación artística. A partir de entonces, clamaron porque se reconsiderara el castigo y pudieran tener recursos para competir.

Sin obtener respuesta, se vieron obligadas a vender toallas y trajes de baño para intentar juntar el dinero suficiente para seguir activas en competencias. “Por mí que vendan calzones o Tupperware, pero las atletas de nado artístico son deudoras. Les hemos dado 40 millones y no los han justificado”, dijo en su momento la titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, declaración que le hizo merecedora de una crítica colectiva por su falta de empatía hacia ellas, sobre todo porque daban resultados.

De la crisis, a la oportunidad de resurgir

“Pasamos por situaciones muy adversas, situaciones frustrantes, porque es una situación política que qué teníamos nosotras que ver. Si la Conade apoya al antiguo presiente de la Federación y la World Aquatics y todo eso, no nos correspondía, entonces fue una vorágine de situaciones muy negativas al principio pero después vimos esta situación que, o salíamos adelante o nos quedábamos en el camino”, dice a OVACIONES Adriana Loftus, entrenadora y mente maestra detrás del éxito de las nadadoras.

Cuando más hundidas estaban, las deportistas recibieron una mano por parte de patrocinadores tanto personales como otros que decidieron sumarse a apoyar a todo el equipo, pues algunas de ellas con menos experiencia, no tenían, por ejemplo, apoyo del Ejército Mexicano, mismo que otorga becas por rendimiento deportivo a atletas destacados. Y así, poco a poco salieron adelante con un impulso aún mayor, porque si de algo se aprende es precisamente de la adversidad.

“Nosotras vimos toda esta situación como un reto, no como un obstáculo, obviamente son piedras en el camino que a lo mejor no te dejan concentrar porque estás pensando en otros problemas y cómo solucionar. Pero lo vimos como un reto, porque si lo empezamos a ver como problema no íbamos a llegar a nada ni a solucionar, entonces dijimos ‘OK, está esta situación, hay que actuar para ver qué podemos solucionar para conseguir lo que necesitamos, que en este caso eran competencias para poder foguear las rutinas y poder llegar de la mejor manera a Juegos Olímpicos”, recuerda la nadadora Joana Jiménez.

Disputa legal con Conade, sigue

Recién hace unos días, el equipo de natación artística ganó la batalla legal que entabló con la Conade para pelear por la restitución de sus becas deportivas. Según la sentencia emitida por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el organismo debía liberar los apoyos y becas correspondientes a los éxitos deportivos que el equipo de natación artística ha tenido a la fecha, incluidos esos dos oros en París.

Sin embargo, la dependencia respondió con un comunicado en el que aseguró que “no mantiene adeudo pendiente alguno en pago de becas o apoyos contemplados en la ley con ninguna de las seleccionadas mexicanas de natación artística”. Dicho documento explicó que el equipo ha recibido apoyos por 37 millones, 194 mil 338 pesos de 2019 hasta ahora.

“Pues realmente no esperamos nada, sabemos que la solución quizás no llegue pronto, no hemos visto esa intención. Tampoco hemos tenido la cercanía y en este momento estamos ya tan cerca de la meta que sabemos que podemos contar con otro tipo de apoyos y los estamos teniendo desde hace un año ya. Tuvimos apoyo de Sedena para viajes, entonces no tenemos que preocuparnos si sale o no el apoyo (de Conade)”, lamenta Nuria Diosdado, la más experimentada y líder natural de la selección.

La última prueba en Budapest antes del reto en París 2024

El equipo viajó hace unos días a Budapest, Hungría, donde se realizará la Súper Final de Copas del Mundo entre el 5 y 7 de julio, en lo que será su última prueba antes de esa cita con la historia en la justa veraniega de la ciudad de la luz. En la capital húngara, todas ellas buscarán perfeccionar sus rutinas, tanto libre como técnica; así como en equipo y en dueto, para poder dar esa última pulida a su ya de por sí impecable exhibición.

“Tanto mis papás, mis entrenadores, gente de nuestro día a día nos puede motivar muchísimo para el entrenamiento. A veces estás bajoneada, no todos los días son buenos; hay lesiones, cansancio que de verdad te lleva a tumbar, que juega con tu mente, entonces yo creo que sí nosotras resistimos el día a día pero sin gente detrás apoyándonos no sería posible. Cuando competimos lo hacemos mucha pasión y orgullo pero no solo somos nosotras, traemos a muchísimas personas atrás entonces es agradecer a mis papás y entrenadores porque sin ellos no sería lo que soy hoy en día”, dice Regina Alférez una de las discípulas de Loftus.

¿Cómo califican los jueces en natación artística y por qué México se convirtió en potencia gracias a ello?

Otra de las variables que han tenido que sortear las nadadoras, es el nuevo reglamento de competencia de la World Aquatics, vigente de 2022 a 2025, mismo al que han tenido que adaptarse todas las selecciones del mundo. Dichas adecuaciones han hecho un poco más justa la competencia, pues se ha dejado de lado la subjetividad, misma que perjudicó sobremanera a la representación nacional en el pasado.

Más concretamente, en Atlanta 1996, cuando México acudió por última ocasión por equipo a una justa olímpica, finalizó en octavo lugar ante la rechifla de los aficionados hacia los jueces por su parcialidad en contra de las mexicanas. En aquella ocasión, Loftus entrenaba a la selección mexicana de la disciplina que entonces era conocida como nado sincronizado. Por lo que ahora, con normas que imparten mayor justicia, buscará su redención.

“Este nuevo sistema de calificación nos gusta muchísimo, lo que a muchos países se les ha hecho muy difícil, para nosotros al contrario, pues es mucho más medible que antes, cuando el deporte era 1000% subjetivo. Con el sistema anterior, México qué iba a pensar ganarle a China, pero con este sistema todo puede pasar, es enfocarte en el desempeño. Nuestro objetivo es tener un desempeño con una rutina limpia sin base marks, ¿qué quiere decir eso? Que todo lo que tú declaras lo haces de forma perfecta para que no te manden a base mark, pues cuando te mandan a base mark, tu figura que vale ocho o 10 puntos, que son los que normalmente valen, te los valen .5, entonces con un base mark ya no hay nada que hacer, pero fue prueba superada, fuimos de los pocos países que no tuvieron base mark”, explica Loftus.

Pero, ¿qué es esencialmente el base mark? El concepto por sí mismo se trata de un extranjerismo que se emplea cuando los jueces consideran que un movimiento se ha realizado con algún error y, por tanto, con una dificultad menor a la declarada en la tarjeta.

“Es ir adaptándote a todos los cambios que hay. Hay países que les ha costado adaptarse al cambio, estamos hablando de un Ucrania que es subcampeón olímpico y fue medallista en Tokio, en Río y ahora no clasificó a Juegos Olímpicos porque no se ha adaptado al nuevo sistema de calificación, entonces creo que mientras más rápido te acoplas, más rápido te adaptas. Nos pudimos adaptar al sistema, lo he estudiado muchísimo y tienes que inventar cosas nuevas que el sistema lo permita y así es como poco a poco hemos ido poniendo las rutinas de acuerdo al nuevo sistema de calificación”, señala la entrenadora.

Los nuevos criterios dieron luz al equipo mexicano

Bajo esos nuevos criterios de calificación, el pasado 4 de mayo en París, México pudo sumar 273.5379 puntos, gracias al acumulado de 45.7000 por grado de dificultad; 91.2000 por impresión artística y 182.3379 en ejecución. Esta suma le valió para poder superar a la superpotencia China y sus 269.5396 unidades, así como a España con 253.6042.

“De esa competencia, regresar con dos medallas de oro, nos dio un empujocito más para saber que vamos por buen camino, que lo estamos haciendo de manera correcta, pero siempre y cuándo, cuidándonos nuestras espaldas porque con esa nueva forma de calificar el deporte, todo puede pasar”, avisa Joana Jiménez.

El trabajo psicológico, pilar del éxito de las nadadoras

De esta manera, el aspecto psicológico se ha vuelto esencial en el desarrollo de las chicas. Loftus y su equipo multidisciplinario, detectaron que la salud mental no consistía en solo tener una alta resistencia emocional a las situaciones de estrés en competencias. Tan solo con ver a la mejor atleta del planeta como lo fue Simone Biles en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio —cuando pausó su carrera para atender su interior— marcó un paradigma al ser el mejor ejemplo sobre la importancia de esa materia.

Sumado a los problemas externos por la falta de apoyos, las jóvenes deben lidiar con la efervescencia mediática que han provocado con sus buenos resultados. Perder el piso no es opción, sobre todo cuando se trata de una disciplina milimétrica en donde todas deben estar perfectamente coordinadas y donde ninguna es más protagonista que la otra. Por ello, han trabajado horas extra en la parte psicológica.

“Dentro de mi equipo de trabajo tengo un equipo multidisciplinario que me apoya muchísimo, tengo un preparador físico, tengo una nutrióloga, fisiatra y tengo un coach mental de alto nivel que se dedica principalmente a ponernos los pies sobre la tierra. Nos ha ayudado mucho en el aspecto mental, en el aspecto emocional porque no todo es técnico, yo me dedico a la técnica pero él en lo mental. Siempre nos dice ‘no saben el potencial que tienen, lo van a ir descubriendo’. Cada vez que entran al agua les dice que es un potencial increíble que muchos países quisieran y que no se preocupen por la medalla pues deben enfocarse en un desempeño excelente y así fue. Pensar una medalla presiona muchísimo y es solo enfocarse en tener el mejor desempeño, pues así los resultados se dan solos”, comparte Adriana.

Del escándalo a la unidad en el seno del equipo

Ese coach, es ni más ni menos que Alberto Calderón, esposo de Loftus y quien ha sido motivo de otra de las disputas internas que han tambaleado al equipo en el pasado, pues tras los Juegos Panamericanos de Lima 2019, el matrimonio fue acusado por exigirles a algunas de las ondinas el 8% de sus premios obtenidos, es decir, un porcentaje de los 660 mil pesos que recibieron al ganar la presea de plata.

Para bien o para mal, Calderón ha sabido implantar su discurso entre las seleccionadas. Basta con escucharlas hablar, todas con el mismo script del que no se salen ni un poco, como si se tratara de su rutina bajo el agua. Con una mesura inquietante, pero a final de cuentas, efectiva, las chicas tienen en el coach otra guía para mantenerse estables, como si se tratara de una familia.

“La verdad estamos contentas y orgullosas, hemos avanzado mucho a semanas de los Juegos Olímpicos. Todavía queda camino por recorrer, mucho por mejorar, regresamos con dos medallas de oro haciendo historia en París, con muchos aprendizajes y ya pensando en qué queremos cambiar, qué queremos modificar. Ahora somos el referente y todas van a quererle llegar a lo que estamos haciendo, entonces, venimos motivadas, pero con mucho orgullo de saber que estamos haciendo las cosas bien”, dice Jiménez.

¿Sueñan con una medalla en París 2024?

En los pasados Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, las ondinas mexicanas ganaron por primera vez en la historia una medalla de oro en la prueba de equipo en dicha justa continental, pero más allá de ese hito, fue ahí donde sellaron el boleto para París 2024, una clasificación olímpica que no se obtenía desde hace 28 años, cuando Loftus hacía corajes con los jueces.

“Obviamente todos lo soñamos, pero prometer una medalla es arriesgado, para nosotras estar clasificadas a Juegos Olímpicos como equipo es ya histórico, entonces si algo buscamos es hacer una ejecución limpia, que hagamos lo que hicimos en la Serie Mundial de París. Que como nos presentemos en Juegos Olímpicos no tenga los jueves pie a penalizarnos, que sean ejecuciones limpias y si eso sucede, todo puede pasar, como ahora que la medalla nos llegó de sorpresa, nuestra reacción se puede ver, no entendíamos cómo le estábamos ganando a China, entonces nunca fuimos pensando en traer medallas para México, íbamos pensando en hacer una ejecución limpia e impecable; así vamos a ir a París, pensar en medallas para nosotras las atletas es una presión extra que no queremos cargar y sí queremos prometer que daremos el mejor esfuerzo para traer resultados históricos”, afirma Nuria Diosdado.

Las sirenas se detienen por un instante y comienzan a mostrar sus dotes de esa sincronía que fluye con naturalidad entre cada una, al ser adquirida gracias a la constancia y dedicación. De pronto, suena Don’t Stop Me Now (1979) de la banda británica Queen. Al ritmo de esa armoniosa melodía, inician su rutina con una singular cadencia digna de diosas de las aguas. México puede estar tranquilo en las manos de un equipo a prueba de todo y sin nada qué temer en busca de la gloria.

“Llevamos ya mucho tiempo practicando este deporte, ya somos como peces en el agua, lo hacemos prácticamente como si fuera comer, caminar, correr. Ya lo hacemos como actividad normal pero creo que sentimos mucha libertad. Creo que puedo hablar por todas cuando digo que el agua es nuestro lugar seguro y donde podemos ser nosotras mismas y nos sentimos libres, que somos parte del agua”, puntualiza la ondina Pamela Toscano.