Las redes y las elecciones 

22, marzo 2024

Luis Humberto Fernández

Pocas cosas podrían definir más la marca de nuestros tiempos como las redes sociales, que se han convertido en una herramienta permanente, cercana y hasta íntima. Esto ha trastocado todos los aspectos de la vida pública y privada, pero la realidad es que si algo tienen todas en común, es que distan mucho de ser neutras; tienen una participación política y todas tienen su propia agenda. Hoy ya no son solo medios, son empresas privadas y actores con intereses específicos.

Existen muchos ejemplos de cómo las redes sociales han impactado en las elecciones. Por ejemplo, hace unos años Facebook filtró información personal de más de 87 millones de sus usuarios a la firma Cambrigde Analytica, con fines de propaganda política que influyeron en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos. Otro ejemplo fue la suspensión permanente de la cuenta de Twitter (ahora X) de Donald Trump, por “incitar la violencia” durante el asalto al Capitolio de Washington D.C., lo que provocó un silenciamiento al expresidente estadounidense que prácticamente se dedicó a hacer política desde la plataforma de Elon Musk. Otro caso fue la injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos en 2016, que a través de la creación masiva de bots en redes se centró en atacar a Hillary Clinton y a impulsar a Trump.

Las redes juegan un papel determinante en las elecciones y la democracia. Bolsonaro en Brasil se dedicó a hacer campaña a través de las plataformas, haciendo transmisiones en vivo con solo ocho segundos de propaganda televisiva, y así logró su triunfo en 2018. Las redes funcionan dependiendo del uso que le quieran dar los candidatos, que las podrán usar como vehículo de propuestas o revolución de conciencias, como ha señalado el presidente López Obrador; o para ridiculizarse al extremo, como ha sucedido con algunos candidatos.

El futuro de la democracia está vinculado a la direccionalidad e intencionalidad que se den a las plataformas de redes sociales, y ahora más que nunca hay posibilidad de que podrían convertirse en el mecanismo de dominación más grande de la historia de la humanidad. Junto con el papel de la inteligencia artificial, serán los puntos de inflexión, en el cual podamos tenemos una humanidad más reflexiva y consciente, o una más frívola e indolente. Sin duda en los próximos años, la prioridad será crear los mecanismos institucionales para que se entienda que las redes no son solo empresas privadas, sino como todo instrumento de poder, debe ser acotado para evitar excesos y que esta agenda de intereses particulares se someta al interés de la República.

X: @LuisH_Fernandez