La salida de Alejandro Gertz Manero no abrió un proceso natural de sucesión. Abrió un reacomodo en la política morenista. En su carta al Senado, Gertz no usó la palabra renuncia. Sólo informó que la Presidenta lo había propuesto como embajador en un “país amigo”.
Antes de entregar la carta, hizo un movimiento decisivo. Nombró a Ernestina Godoy como titular de Control Competencial, lo que por ley la convirtió en fiscal interina de la FGR.
Ese mismo día comenzó la operación para posicionarla como la próxima fiscal general. Pero el proceso constitucional no está cerrado. El Senado debe elaborar una lista de candidatos. Esa lista pasa a Presidencia, que elige una terna. El Senado vota al titular.
Así que quien definirá el futuro inmediato de la FGR es quien controla el Senado.
LA MANO QUE IMPONE
El operador central es Adán Augusto López. Es el coordinador de Morena en el Senado y presidente de la Junta de Coordinación Política. Tiene mayoría con Morena, el PVEM y el PT, y mantiene acuerdos con sectores de la oposición.
Su control de 67 senadores le permite construir o bloquear mayorías calificadas. Su margen político se mantuvo incluso después de los escándalos de La Barredora en Tabasco y de los ingresos no declarados por 79 millones de pesos.
El episodio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de 2024 confirma cómo funcionan estas votaciones. Sheinbaum apoyaba a Nashieli Ramírez. El Senado impuso a Rosario Piedra. Cuando hay negociación interna, la preferencia presidencial no garantiza el resultado.
En ese contexto, la “ratificación” de Ernestina Godoy no depende del procedimiento formal. Depende de Adán Augusto.
EL HISTORIAL INCÓMODO
De manera paralela, se vende la imagen de una futura fiscal “de principios”. Pero la trayectoria de Godoy en la CDMX cuenta otra historia.
Investigaciones estancadas. Delitos de alto impacto sin justicia. Y un dato que repiten organizaciones como México Evalúa. Como titular, la fiscalía capitalina alcanzó niveles de impunidad de casi 99%.
El escándalo más grave fue el espionaje. The New York Times documentó que su fiscalía solicitó datos telefónicos, geolocalización y registros de comunicación de opositores políticos e incluso de nombres incómodos dentro de Morena. Y se hizo vigilancia con papeles falsamente sustentados.
Y está el caso que la marca: Alejandra Cuevas. Godoy reabrió una carpeta cerrada dos veces y activó una orden de aprehensión por un delito inexistente. Cuevas pasó 528 días en prisión hasta que la Suprema Corte la liberó por unanimidad. Fue una intervención al servicio de Gertz. Una fiscalía local usada para venganzas personales.
En feminicidios de alto impacto tampoco hay saldo a favor. Montserrat Juárez o el feminicida Miguel ‘N’. Cada caso evidenció fallas, filtraciones o encubrimientos.
LAS INVESTIGACIONES QUE VIENEN
¿Alguien cree que Ernestina dará continuidad real a los casos que tumbaron a Gertz? Huachicol fiscal. La Barredora de Tabasco. Rocha Cantú. Carpetas donde aparecen nombres de figuras de Morena. Incluso los hijos de López Obrador.
Sheinbaum dice que habrá cero impunidad. Pero el historial de Godoy contradice esa instrucción. En la CDMX investigó a opositores con rapidez quirúrgica. A los aliados, con suma prudencia. Esa fórmula no da confianza para dirigir la FGR.
Si el pasado es guía, la FGR no ganó una fiscal. Ganó otra operadora con intereses de partido.
EL DATO INCÓMODO
La deuda pública rompió récord: 18.05 billones de pesos a octubre. Cada mexicano “debe” ya $135 mil pesos, casi 60% más que en 2018. En un año, el saldo creció 1.2 billones. México se está endeudando como nunca mientras la economía se estanca.




