Layda Sansores es la golpeadora oficial.

Dice que actúa porque ama a Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y porque aprendió a no traicionar sus principios.

Que se lo enseñó Andrés Manuel López Obrador.

¡Ah! y que no espía.

Y, entonces, ¿de dónde sacó los audios de Alejandro Moreno Cárdenas y los mensajes de WhatsApp que exhibió anoche en el bodrio llamado Martes del Jaguar en los que presuntamente hace un pacto con Ricardo Monreal Ávila, coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo)?

López Obrador fue cuestionado el lunes por la mañana en su conferencia de Palacio, en la que suele no decir la verdad, y dijo que no convenía a nadie, que hacía un llamado a la gobernadora de Campeche a no hacerlo, a no revelar el material comprometedor de Monreal.

Pero, como él ha dicho decenas de veces: Layda no se manda sola. Es evidente el doble juego de Andrés Manuel.
Hace un par de semanas incluyó por primera ocasión al de Zacateca en la lista de candidatos -que llama despectivamente corcholatas-, pero mintió.

Sus únicos candidatos son Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

No hay más.

¿Alguien cree que la ex pri-ísta igual que López Obrador y que la mayoría de los integrantes de Morena- se atrevería a revelar algo que no esté palomeado por el todo poderoso?

¡Por favor!
Los únicos que lo creen sus leales.

Sansores, a la que le sacarán sus trapitos al sol hoy en el Miércoles del León, según el equipo de Monreal, primero golpeó a Alejandro Moreno. Ahora, a Monreal.

Y dice que son más de 330 conversaciones.

Le hace el trabajo sucio a Andrés Manuel y a los candidatos de éste. –Monreal está con Dios y con el Diablo. Ya sabe que no le alcanza para ser presidente. Que no venga a decir guerra sucia, se mofa Sansores. El lunes, el zacatecano acusó a Claudia Sheinbaum de estar detrás de lo que llamó, efectivamente, guerra sucia, y hasta dijo que los bots lo

atacan desde hace tiempo y apoyan a la candidata.

A DESTRUIR AL INE

Comenzó la guerra para desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE).

Sí, para regresar a la época de las cavernas y que el gobierno controle las elecciones abierta y descaradamente.

Así como cuando la Secretaría de Gobernación (Segob) lo hacía.

Como cuando a Manuel Bartlett Díaz, hoy casto y puro sólo por estar en Morena, pese a su negro y pecaminoso historial, se le cayó el sistema en 1988.

Van por él, sí, por el INE.

Vámonos: Que era dinero para un movimiento, no para un partido. Como siempre, que él no sabe nada.

Que no es corrupto.

Es Andrés Manuel, en defensa de su hermano Pío. Lo bueno es que son distintos.