Alejandro Reza / Ovaciones
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El fenómeno climático conocido como La Niña está a las puertas de México, prometiendo un año de extremos meteorológicos.
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Con su llegada prevista para finales de mayo y su apogeo en junio, se anticipan abundantes lluvias que podrían ser tanto una bendición como un desafío para diferentes regiones del país.
Lluvias Abundantes y Escasez
Mientras que el sureste, incluyendo la península de Yucatán, así como áreas centrales y sureñas desde Veracruz hasta el Valle de México y de Chiapas a Jalisco, se preparan para recibir una cantidad significativa de precipitaciones, otras regiones no serán tan afortunadas.
El norte, occidente y el Altiplano experimentarán una escasez de lluvias, con estados como Sonora, Jalisco, Chihuahua, Zacatecas y el Bajío enfrentando una posible sequía, aunque no se descartan lluvias esporádicas y potentes debido a un monzón tardío.
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Temporada de Huracanes Intensificada
La Niña también traerá consigo una temporada de huracanes más activa, con hasta 25 tormentas nombradas que podrían afectar a México directa o indirectamente, especialmente durante los meses de julio, agosto y septiembre. Este aumento en la actividad ciclónica es un recordatorio de la importancia de la preparación y la prevención en las comunidades costeras y en las zonas propensas a inundaciones.
Precauciones
Es esencial que los habitantes de las áreas afectadas tomen las precauciones necesarias y se mantengan informados sobre las actualizaciones meteorológicas. La preparación adecuada puede marcar la diferencia entre mitigar los efectos del fenómeno o enfrentar consecuencias más graves.
Este patrón climático subraya la volatilidad de la naturaleza y la necesidad de adaptarnos y responder a sus cambios. Mientras México se prepara para enfrentar La Niña, es un momento oportuno para reflexionar sobre la resiliencia y la sostenibilidad de nuestras comunidades frente a los desafíos climáticos.
