CÉSAR MARTÍNEZ
LO QUE HENRY PRETENDIÓ DECIR
En un ejercicio de colaboración con las voces que escuchamos a lo largo de la semana de seleccionados nacionales, en particular Henry Martín, una aclaración.
A su manera, desde una visión muy sesgada y por momentos poco brillante, se le ha dado un respaldo total al trabajo de Jaime Lozano.
El objetivo tal, sin importar que en el trayecto del discurso se lleven por delante a un profesional, que fracasó cierto, pero profesional al fin, Diego Cocca.
Tampoco, repararon en el hecho de que el argumento del “buen ambiente” a consecuencia de que es mayor el tiempo que se tiene para platicar y divertirse, pues no le hace precisamente un gran favor al llamado “Jimmy”.
No cabe duda que hay futbolistas que quedan a deber más cuando hablan que cuando juegan. Es el caso de Henry Martin, quien, si pretende apoyar a su actual entrenador, deberá hacerlo con goles en la cancha y no a través de los micrófonos.
El sábado, frente a la siempre peligrosa Costa Rica, el actual campeón de goleo de la Liga MX, tendrá su oportunidad.
NO EXAGEREN
Este pánico insinuado por los seleccionados nacionales a las críticas no es nuevo. Siempre ha existido una barrera de resistencia entre lo que se opina en los medios y en la gente con lo que se merecen o creen merecerlo.
De ahí, a que sea como dijo Javier Aguirre en entrevista, un condicionante para venir al Tricolor, pues, entonces si, como decía aquel personaje que se hizo viral en redes sociales hace algunos años: “Tengo miedo.”
LUIS FERNANDO TENA
Por situaciones personales, más que profesionales, seguí desde una cercanía la llegada de Luis Fernando Tena a la selección de Guatemala.
Nunca he ocultado el alto concepto que tengo del entrenador mexicano con respecto a su trabajo y a la manera de conducirse en la vida, siempre con honestidad y mejores intenciones.
Con el temor natural de una nueva aventura en condiciones muy distintas a las que se trabajó durante mucho tiempo, en momentos en los que los reflectores no apuntan o lo hacen de manera muy tenue, con el sinsabor de un proyecto fallido reciente y previamente una injusticia directiva cortesía de Ricardo Peláez, pero se atendió el llamado desde Centroamérica.
Se llegó a un arreglo, un compromiso en toda la extensión de la palabra por parte del “Flaco.”
No existía desgano, resignación o ese complejo absurdo de superioridad que solemos experimentar los mexicanos con respecto a los países que nos quedan cerca, al sur y que tanto daño nos hace a nosotros mismos.
Se reunió el equipo de trabajo, se establecieron estrategias y con todo al frente. Había que responder a la confianza y al buen nombre que se tiene.
El resto es historia conocida. Ahí la lleva Luis Fernando Tena con Guatemala. Desconozco cual sea el techo, pero hasta hoy ha cumplido.
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