Lorena Ramírez esboza una tímida sonrisa al recordar ese poderoso discurso que declamó en su idioma natal rarámuri ante la presidenta Claudia Sheinbaum. Con un vestido color aguamarina y sus inseparables huaraches de cuero, la primera indígena en ganar el Premio Nacional de Deportes (PND) en 50 años ha roto todo tipo de barreras gracias a su capacidad sobrehumana para correr largas distancias. Pero el haber dignificado sus raíces al hablar esa lengua que alguna vez le fue prohibida a su pueblo, es ahora su mayor galardón.
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María Lorena Ramírez Nahueachi nació el 1 de enero de 1995 en Guachochi, una población del estado de Chihuahua, localizada en la Sierra Madre Occidental. Ubicada a unos 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar, esta región es conocida por ser hogar de la comunidad rarámuri, palabra que en español significa ‘gente de pies ligeros’. Un pueblo indígena de ancestrales habitantes que aprendieron a hacer de su resistencia la mejor forma para sobrevivir a los prolongados y rocosos caminos de la Sierra Tarahumara.
En ese contexto fue que Lorena Ramírez emergió como una estupenda corredora gracias a las extenuantes jornadas de pastoreo de cabras junto a su familia, donde transitaba hasta 15 kilómetros diarios entre las Barrancas del Cobre. Fue así que correr se volvió parte de su cotidianidad, tanto que saltó a la fama al ganar en 2017 el ultramaratón Cerro Rojo de 50 km en Tlatlauquitepec, Puebla, con una insólita facilidad.
“Sí, como yo crecí caminando larga distancia y ya una vez me llevaron a un evento y ya gané, y pues ya mi papá, mi mamá, pues me siguieron llevando a diferentes eventos”, recuerda Ramírez Nahueachi en entrevista con OVACIONES.
Ahora, ocho años después, el gobierno la ha condecorado con el PND por Trayectoria Destacada en el deporte mexicano. Y lo ha hecho en grande. Con motivo del Año de la Mujer Indígena, fue elegida no solo como la primera ganadora de raíces indígenas en medio siglo, sino que fue invitada por la presidenta para dar un emotivo discurso en rarámuri, que ha roto todo tipo de paradigmas y convencionalismos.
“Me sentí emocionada y un poco nerviosa, pero estaba muy contenta recibiendo la primera vez este Premio Nacional en este 2025. Y también cambió, como soy corredora rarámuri, pues la verdad que sí, todo ha cambiado un poquito, se cambian un poquito las cosas, son diferentes. Agradecemos a la presidenta y su equipo”, comparte Lorena con una ligera sonrisa.
Su natal Guachochi, Chihuahua, es una zona con altos índices de pobreza y marginación, con carencias en servicios básicos y bajos ingresos. En el más reciente Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2025 de la Secretaría del Bienestar, se reveló que la pobreza en ese municipio es alarmante, pues se prolifera en el 63.7% de su población.
Es por eso que en 2024, el Women Economic Forum la reconoció como “Donataria Autorizada” para recibir apoyo deducible de impuestos en México y Estados Unidos, siendo la primera persona del deporte mexicano en obtener esta distinción. Además, fundó una organización con su nombre y es líder del movimiento México Imparable, que busca visibilizar a los pueblos originarios.
Y de esta manera, el haber dado ese discurso en rarámuri en la entrega del PND, ha servido para dignificar a todos los pueblos indígenas y visibilizar esas carencias históricas, además de descolonizar esa visión indiferente hacia las poblaciones más marginadas.
“Sí, como yo hablo idioma rarámuri, pues me mandaron un escrito nomás que dijera rarámuri. Le agradecí a la presidenta y a su equipo y deportistas y también a nuestras culturas”, dice Ramírez, quien hasta hace unos años comenzó a hablar español. “La presidenta siempre me agradece y me felicita, ya conozco desde años a la presidenta”.
La historia de Lorena Ramírez ha dado la vuelta al mundo al grado de ser la inspiración para un documental de Netflix llamado “Lorena, la de pies ligeros” (2019), que ganó el Premio Ariel al año siguiente. Pero ella se ha encargado de ser quien de propia voz difunda ese mensaje de empoderamiento y reivindicación de las comunidades indígenas a través del deporte.
“A todas las niñas y niños (les dice), pues que yo soy la que salí adelante y pues todo se puede. Los que vienen de atrás, todas las niñas, hay muchas actividades que hacer”, finaliza.

Foto: Cortesía 


