MARTÍN AVILÉS

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Los Buffalo Bills les pasaron por encima a los Dallas Cowboys y les propinaron su cuarta derrota de la temporada y primera en 42 días. Dak Prescott fue exhibido en plena carrera por el premio al Jugador Más Valioso del año al ser neutralizado sin un solo pase de anotación y una intercepción, en contraste con un Josh Allen en su mejor versión.

La victoria de 31-10 de los Bills marcó el décimo juego de Allen en esta temporada con al menos un touchdown por pase y una anotación por tierra. De esta manera, el egresado de Wyoming es el primer jugador en la historia NFL con 10 partidos con este registro en una misa temporada.

James Cook colaboró en la gran victoria de Buffalo con 27 toques de balón par 221 yardas y dos touchdowns totales, con lo que se convirtió en el primer corredor de los Bills en alcanzar esos números en un mismo juego desde 1991, primer año de los cuatro consecutivos que perdieron los astados, de los cuales, los últimos dos, en 1993 y 1994, fueron precisamente ante el equipo de la Estrella Solitaria.

Los Cowboys llegaban con cinco victorias en fila, pero fueron bajos de su nube por el equipo del Este de la AFC. Pero Prescott tuvo —por mucho— su peor actuación del año, al apenas completar 21 de sus 34 intentos de pase para acumular tan solo 134 yardas, sin touhdowns y una intercepción, siendo la primera que sufre luego de 199 pases y significó la número siete de una temporada en la que prometió no lanzar más de 10. Pero Dak no fue el único jugador de Dallas que se quedó muy por debajo de las expectativas.

Prácticamente nadie estuvo a la altura de las exigencias de un equipo que supuestamente aspira a ganarlo todo. La defensiva, que se ha caracterizado por ser dominante, no pudo robarle un solo balón al pasador con más intercepciones de la campaña, aunque, Allen cada vez luce más como aquel quarterback aspirante el MVP que parecía haber sido borrado en esta fatídica campaña.

Lo de Allen pasó por no cometer errores, pues ni siquiera necesitó forzar su poderoso brazo derecho. Solamente completó siete envíos para 94 yardas y un touchdown, pues la clave de su éxito fue el daño que hizo por la vía terrestre, donde colaboró para que la escuadra de casa corriera para 266 yardas, de las que 24 fueron suyas además de una anotación.

Los Bills se habían quedado sin margen de error en busca de un lugar en la postemporada, pero en cambio, con este triunfo se colocaron con marca de 8-6 y miran la tierra prometida cerca. En cambio, con la derrota, Dallas se quedará en el segundo lugar de la división Este de la Conferencia Nacional con récord de 10-4, y ya difícilmente podrán seguirle el paso a los Philadelphia Eagles.

Será pues, la ronda de Playoffs donde Prescott y los suyos intenten reivindicarse y sacudirse la malaria que los persigue, pues desde 1996 no ganan ni siquiera un juego de Ronda Divisional.