Los debates electorales

23, abril 2024

Brenda Valderrama / Ovaciones

Los debates son un evento de servicio público cuyo objetivo fundamental es abrir canales de interacción entre los candidatos y el electorado. Este objetivo esta indisolublemente ligado a la intención de orientación del voto.

Son un ejercicio de libertad de expresión y permiten calibrar la madurez de un sistema democrático desde su planteamiento mismo: cómo se organiza, cómo se difunde, cómo se transmite, cómo se modera, cómo se abren espacios para la discusión posterior. Todo esto es parte del proceso y no solamente la transmisión.

En este proceso electoral hemos tenido la oportunidad de presenciar varios debates de los cuales voy a mencionar tres, el presidencial, el de la Ciudad de México y el de Morelos.

El debate presidencial estuvo marcado por la intervención activa de los moderadores, cambios en el formato sin previo aviso y por un proceso de identificación de preguntas que involucraba cierta predisposición.

El de la Ciudad de México, por el formato de transmisión simultánea de los tres candidatos en pantalla, se prestó a un ejercicio más dinámico pero menos propicio a la reflexión.

El de Morelos fue más sobrio, con un formato de pantalla individualizada y por temas, en lugar de preguntas concretas.

En estos tres ejercicios, los resultados del monitoreo telefónico levantados por diferentes casas encuestadoras, aunque los datos que menciona aquí provienen de Massive Caller, coinciden en que solo una de cada tres personas encuestadas presenció el debate y en que la mayoría de quienes no los presenciaron fue porque no se enteraron.

El segundo aspecto consistente es que entre el 73 y 82% de las personas que vieron el debate reafirmaron su preferencia, un grupo que va del 9 al 15% reportan que cambiaron su opinión a raíz del debate y un tercer grupo, que va del 6 al 13%, no había decidido pero después de escuchar las participaciones tomaron una decisión. Es importante hacer notar que en estas  mismas encuestas la oposición lidera en intención de voto.

La concentración de medios masivos de comunicación en cada vez menos manos, así como el poder de penetración que tiene el presupuesto del gobierno en sus líneas editoriales, afecta de manera inequitativa nuestro derecho constitucional al libre ejercicio del voto, por lo que los debates resultan ser uno de los elementos más relevantes para la salud de nuestra democracia.

Los debates juegan un papel estratégico en las campañas modernas donde los contendientes cuentan con las mismas  condiciones generales y el elector puede evaluarlos de forma simultánea. El contenido del debate será posteriormente fragmentado y re analizado en el post-detabe, alargando su vida útil y ampliando su capacidad de cambio de intención del voto.

El proceso electoral es de suma cero, la ganancia de uno de los contendientes conlleva, irremediablemente, la pérdida del otro y aunque no son una bala de plata, los debates se han constituido uno de los elemento más importantes para abatir la desinformación y generar apego. Si no me creen, observen cuál es hoy el principal tema de conversación en sus círculos cercanos.