Se ha vuelto común el decir que el futuro del empleo está en las tecnologías, sin embargo, las noticias de las últimas semanas parecen aportar datos interesantes. Hace unos días Spotify anunció el despido del 6% de su plantilla laboral, lo que se suma a los despidos masivos en el mundo: 18 mil trabajadores de Amazon, 10 mil de Microsoft, y 12 mil de Google, entre muchas otras empresas tecnológicas que tan sólo en el primer mes del 2023, suman más de 40 mil personas afectadas; esto no es menor, ya que solamente en 2022 los titanes de la tecnología registraron 97 mil despidos.
Mientras realizan recortes en su personal, las empresas también se han visto afectadas en su valor comercial; por ejemplo, en los últimos seis meses las acciones de Google han caído 16%, las de Microsoft en un 12% y las de Amazon un 22%. Mención especial para Tesla, que además de que sus acciones cayeron 48% en el último semestre, su fundador, Elon Musk, rompió el récord Guinness en ser la primera persona en perder 200 mil millones de dólares, cantidad superior al PIB de Hungría o Catar. Y no se queda atrás el fundador de Meta, Mark Zuckerberg, quien en un año ha perdido 100 mil millones de dólares, equivalente al PIB de Luxemburgo o Bulgaria.
¿Esto significa que van en declive los empleos tecnológicos? La realidad es que no. Muchos adjudican la creación de empleos durante la pandemia, en la que todo el mundo se volvió a la virtualidad y la oferta de empleos en tecnología subió en algunos casos hasta el 88%. Sin embargo, también tendrá que ver con la automatización de procesos, en las cuales en muchos casos se está obviando la mano de obra humana y otro factor que pudiera ser determinante es, precisamente, que estamos en una burbuja de los bienes intangibles.
Sin embargo, a pesar de que decenas de miles han sido despedidos, existen muchas vacantes en este ramo. Tan solo en Illinois, Estados Unidos, existen 400 mil vacantes abiertas en tecnología, las cuales se buscará que sean cubiertas por los trabajadores despedidos de las grandes industrias tecnológicas. Por otro lado, se estima que cada año en México alrededor de 140 mil puestos de trabajo del sector tecnológico se quedan vacíos. Esto nos habla de una horizontalización de los empleos, esto es que ya no se depende de las empresas más grandes, sino que más empresas pequeñas están necesitando estos servicios.
El gran desafío es construir una educación pertinente adecuada al momento económico, tecnológico y social. Sin embargo, esta formación tecnológica tiene que ir de la mano de una formación humanista; no todos nuestros estudiantes serán ingenieros, tecnológicos o especialistas en inteligencia artificial, pero sí, todos deben tener una formación en valores y sentido de comunidad, por lo que es necesario considerar esta dualidad en la formación de las generaciones futuras. Al respecto, Lewis Mumford señaló que “la tecnología no tiene sentido por sí misma, es el humano el que define si la usa como mecanismo de explotación o como herramienta de crecimiento”.
Twitter: @LuisH_Fernandez