La derrota de los Green Bay Packers ante los Denver Broncos podría tener un costo mucho más alto que el simple fin a su racha de cuatro victorias. El equipo de Wisconsin no solo cayó al séptimo puesto de la NFC, sino que potencialmente perdió a su jugador defensivo más trascendental, luego de que Micah Parsons sufriera un desgarro del ligamento cruzado anterior en la rodilla.

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La lesión, confirmada por resonancia magnética, ocurrió de la forma más cruel, pues se dio sin contacto alguno. Al final del tercer cuarto, mientras entraba en una carga contra el mariscal de campo rival, Bo Nix, Parsons dio un paso torpe, se tomó de inmediato la rodilla y cayó al suelo.

Fue ayudado a llegar al vestuario, incapaz de soportar peso sobre la pierna. El diagnóstico fue tan claro que, cuando se le preguntó después del partido, el entrenador Matt LaFleur fue conciso y sombrío.

“Sí, no se ve bien. Lo dejaré así”, lamentó el head coach. La salida de Parsons, quien ya se había anotado dos tacleadas, un desvío de pase y había forzado un balón suelto, marcó un punto de inflexión. En el momento de su lesión, Green Bay ganaba 23-21. Dos jugadas después, los Broncos anotaron un pase de touchdown de 23 yardas de Nix a Troy Franklin para tomar una ventaja que ya no cederían, y cerrar el partido con pizarra de 34-26.

La ausencia del líder defensivo se hizo sentir de inmediato y dejó al descubierto la vulnerabilidad del equipo. “Es obviamente difícil”, admitió LaFleur. “Todos sabemos el tipo de jugador que es y el impacto que ha tenido en nuestro equipo. Y perder a alguien así es duro. Nadie nos va a tener lástima. Tenemos que encontrar la manera. Los chicos tienen que apoyarse mutuamente”.

La adquisición de Parsons en un megaacuerdo con los Dallas Cowboys a finales de agosto había catapultado a los Packers a la categoría de favoritos para el Super Bowl. El cuatro veces Pro Bowl cumplió con las expectativas, pues llegaba a la Semana 15 liderando al equipo con 12.5 capturas y 26 golpes al mariscal, una presencia constante que forzaba dobles equipos y creaba oportunidades para el resto de la defensa.

Ahora, Parsons debe enfocarse en una larga rehabilitación de cara a la temporada 2026. Mientras tanto, los Packers, que aún mantienen un 88% de probabilidades de llegar a Playoffs según algunos modelos, deben reconfigurar su identidad sin su estrella defensiva. El camino se vuelve abruptamente más empinado.

El primer y gigantesco examen será este sábado 20 de diciembre, cuando visiten a sus acérrimos rivales, los Chicago Bears, quienes tras su victoria del domingo recuperaron el liderato de la NFC Norte.

“Tenemos un equipo conectado”, afirmó LaFleur, tratando de proyectar fortaleza. “Sé cómo responderán nuestros chicos. Queremos volver a liderar la división. Sé que vamos a sacarles lo mejor de sí, y ellos van a sacarles lo mejor de nosotros”.

Pero la tarea será monumental. Junto con Parsons, los Packers también perdieron al receptor Christian Watson con una lesión en el pecho durante el tercer cuarto, dejando al equipo notablemente mermado en momentos clave.