Lucha de clases y paternidad para cerrar Horizontes Latinos en San Sebastián

23, septiembre 2021

San Sebastián (España), 23 sep (EFE).- “El empleado y el patrón”, una historia de lucha de clases del uruguayo Manuel Nieto, y “La caja”, en la que el venezolano Lorenzo Vigas ahonda en la ausencia de la figura paterna en Latinoamérica, cerraron este jueves la sección Horizontes Latinos, del Festival de San Sebastián.

Con aplausos fue recibida “La caja”, coproducción de México y Estados Unidos que llegó a San Sebastián con el aval de su paso por la competición oficial del Festival de Venecia.

Una historia sobre un adolescente de Ciudad de México que viaja al norte del país para recoger los restos de su padre que han sido hallados en una fosa común junto a un documento que acredita su identidad.

El encuentro casual con un hombre en el que ve un parecido físico con su padre ponen de manifiesto su necesidad de esa figura paterna que ha estado siempre ausente en su vida y su carácter tenaz en la búsqueda de su objetivo.

Pero Vigas, que no es la primera vez que aborda la temática de la paternidad, tampoco deja de lado algunos de los dramas del norte de México, el de las desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez y el de las duras condiciones en las que viven quienes trabajan en las maquiladoras cercanas a la frontera.

Nieto, por su parte, ha mezclado actores profesionales y no profesionales para contar una historia rural en la que se habla de las diferencias sociales, pero sobre todo es una película de personajes, según explicó a EFE.

Una película que empezó a gestarse a partir del anterior trabajo del director, “El lugar del hijo” (2013). “Me quedé con muchas ganas de seguir con esos tonos, con personajes noveles”.

Los protagonistas son Carlos (el debutante Cristian Borges), como el empleado del título, y Rodrigo (Nahuel Pérez Biscayart, uno de los actores argentinos actuales con mayor proyección internacional), como el patrón.

Dos personas mantienen una relación cercana pero a la vez distante. Y a la que les une y les separa su reciente experiencia de paternidad.

Precisamente la paternidad y la maternidad ha sido uno de los temas más recurrentes, junto a la corrupción y la pobreza, en las diez películas que componen la sección Horizontes Latinos.

La maternidad es el centro de dos historias muy alejadas en contenido y en estilo narrativo: “Amparo”, del colombiano Simón Mesa Soto, y “Aurora”, de la costarricense Paz Fábrega.

Amparo es una madre que lucha por sacar a su hijo de la retención del Ejército para hacerle cumplir el servicio militar en una peligrosa zona de guerrillas, una historia ambientada en los años noventa en Medellín y con un estilo oscuro, seco y contenido. Mientras que “Aurora” introduce la ternura para hablar de la libertad o de la falta de ella a la hora de afrontar la maternidad.

También la maternidad planea sobre “Noche de fuego”, una película de la mexicana Tatiana Huezo que estremece con su relato sobre el secuestro de adolescentes, casi niñas, por parte de la guerrilla. Y el dolor por la pérdida de un hijo encuentra su consuelo en la fantasía en “Piedra noche”, del argentino Iván Fund.

En competición también en Horizontes Latinos “Madalena”, un largometraje del brasileño Madiano Marcheti sobre la transexualidad en un país que no es tan abierto como parece, y “Jesús López”, una perturbadora película sobre la identidad adolescente en la que los elementos fantásticos y realistas se insertan con naturalidad en el relato, del argentino Maximiliano Schonfeld.

Completaron los diez títulos, dos miradas muy diferentes a la corrupción: “Azor”, del suizo Andreas Fontana, y “Una película de policías”, del mexicano Alonso Ruizpalacios. La primera centrada en la actuación de la banca privada suiza en la Argentina de los años ochenta y la segunda una reflexión sobre la presión que sufren los agentes en México en un filme que mezcla ficción y documental.

Diez títulos que componen una sección cuyos premios se conocerán el sábado, en la gala de clausura de la 69 edición del festival donostiarra.

Un jurado compuesto por la productora española María Zamora, como presidenta, la directora y actriz mexicana Lila Avilés, y el crítico de cine argentino Luciano Monteagudo, serán los encargados de otorgar el premio a mejor largometraje, dotado con 35.000 euros.

La película ganadora sustituirá en el palmarés a “Sin señas particulares”, de la mexicana Fernanda Valadez, premiada en 2020. EFE