¡Es de plata! Marco Verde pierde la Final y se queda con la medalla de segundo lugar en París 2024

El mexicano Marco Verde hace historia en el boxeo olímpico en París 2024



Foto: Luis Garduño / ESTO

París, Francia / Enviado.- Marco Verde despertó abruptamente del sueño olímpico. El uzbeco Asadxo’ja Mo’ydinxo’jayev le arrancó de las manos la medalla de oro del peso welter en el boxeo de París 2024 y el mexicano tuvo que conformarse con una muy digna plata que representa la número cinco recolectada por México en estos Juegos Olímpicos.

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Su rival de 23 años y oriundo de Ferganá, fue mucha pieza para el de Culiacán, Sinaloa, quien se comió un contundente 5-0 gracias al demoledor dominio de un contrincante que sacó provecho del incontenible frenesí de Marco que está vez le jugó en contra.

Luis Garduño / ESTO

Se trató de la medalla número 14 para el boxeo mexicano de las 78 obtenidas en todos los tiempos. Esto representa un 18% del total, nada mal para una disciplina que suele seducir a los prospectos con los millones de dólares en juego del profesionalismo.

“¡México, México…!”, rugía la multitud mientras banderas verde, blanco y rojo coloreaban las gradas de tonalidad arena en la meca del tenis de arcilla. “¡Ay, ay, ay, ay… canta y no llores…!”, se escuchaba del otro lado de la Philippe Chatrier. De pronto, el sonido local anunció a Asadxo’ja Mo’ydinxo’jayev quien fue salpicado por una tormenta de abucheos de la mayoría mexicana.

Y entonces tocó turno de Marco Verde. Tan pronto apareció la bandera nacional en las pantallas, la canción México en la Piel (2004) de Luis Miguel hizo vibrar el domo. Verde comenzó propositivo tan pronto sonó la campaña del primer round con un intercambio de uppers que aunque no conectó por la destreza del rival, avisaron que el aporreador sinaloense no estaba dispuesto a reglar absolutamente nada.

“¡Marco, Marco!”, exclamaban desde la tribuna. El uzbeko le conectó uno y Verde le devolvió dos a pesar del movimiento de cintura del asiático, quien aguantaba estoico, con una preocupante mesura que avisaba de su experiencia y capacidad de manejo de combate.

Estaba por comenzar el segundo episodio cuando la jueza pidió a la esquina del azteca que le limpiaran el rostro. Ambos comenzaron a especular, brincoteaban sobre las puntas de los pies para estudiar en un fugaz escaneo que rápido se tradujo en otro intercambio de golpes.

A la mitad del round Mo’ydinxo’jayev logró conectar un volado que Verde se lamentó, pero fue tal su respuesta que el uzbeko se le cerró y apenas los separaron, metió sendos coscorrón a Verde para jugar mentalmente con un rival al que comenzaba a dominar con distancia.

Marco insistía con esa versatilidad que le caracteriza, daba un salto para un lado y para otro y movía su compás con esa cadencia que lo llevó hasta este punto. Pero esta vez era una final y su rival no le cedía un céntimo. Y todo indicaba que la decisión se inclinaba hacia la parte uzbeka, gracias a su inteligencia.

Ya en el tercer y definitivo round, Verde se volcó al frente, conectó un upper y un jab para intentar ablandar a Mo’ydinxo’jayev. “¡Sí se puede, sí se puede!”, rugía el templo sagrado de Rafa Nadal. Será que algo en su sangre lo llamó, pero de inmediato la adrenalina lo llevó a acorralar al asiático con más ganas que estrategia. Marco se llevó un derechazo en ese intento desesperado por derrotar su oponente, y ahí se fue el combate por la borda.

Los jueces marcaron un contundente triunfo por decisión unánime en favor del de Uzbekistán, quien arrebató un oro que ya saboreaba México. Se trata, pues, de la primera plata en boxeo desde Héctor López Colín en el peso gallo de Los Ángeles 1984.

Es también la primera medalla en boxeo para México desde Río 2016, cuando Misael Rodríguez se colgó el bronce. Y es, por supuesto, un gran homenaje para su padre, quien no pudo en Barcelona 1992 tener ni remotamente una actuación como la de su hijo en París.

En esta final, Asadkhujaev Muydinkhujaev de Uzbekistán se coronó campeón olímpico, mientras que el mexicano Marco Verde Álvarez se quedó con la medalla de plata. La victoria de Muydinkhujaev fue contundente, demostrando su dominio en cada uno de los asaltos.