El Real Madrid, liderado por Kylian Mbappé, brillante e intenso en el primer acto y defensivo en el segundo, cambió la tendencia del Clásico español con un triunfo 2-1 sobre el Barcelona, que corta la racha culé, asienta en el liderato al equipo de Xabi Alonso y amplía a cinco puntos la distancia en la lucha por LaLiga.

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A Xabi Alonso ya no lo perseguirá el estigma de los días grandes. Ganador de un Clásico trepidante que cambia la tendencia reciente de un duelo histórico. Un Real Madrid comprometido y hambriento aumentó los problemas defensivos del Barcelona, superado en cada pérdida y sin presión efectiva al pasador. Y con un Mbappé inspirado, fue imposible contener al líder.

No hay un partido en el mundo que reúna más estrellas. Mbappé, incansable, volvió a ser decisivo; Bellingham recuperó su papel de protagonista; y Vinícius, eléctrico y provocador, encendió el Santiago Bernabéu hasta su polémica salida del campo.

El Barcelona no logró extender su mejor racha de victorias en el clásico. Se quedó en cuatro, lastrado por una primera parte discreta y las bajas que afectaron a Hansi Flick. Sin un Lamine Yamal en plenitud, el cuadro blaugrana perdió el dominio del medio campo, donde comenzó su caída.

Desde el arranque, el Real Madrid impuso su ritmo. Vinícius provocó un penalti que el VAR corrigió, y poco después se anuló el primer gol de Mbappé por milímetros. Pero el equipo blanco no se derrumbó: Bellingham asistió magistralmente a Kylian para abrir el marcador y encaminar el partido.

Durante sus mejores minutos, el Real Madrid dominó cada duelo. Fede Valverde brilló como un todoterreno y Szczesny evitó la goleada con reflejos espectaculares. El Barça resistía, pero cada transición era una pesadilla.

El empate llegó con un error de Güler, que aprovechó Fermín para marcar el 1-1. Sin embargo, antes del descanso, Vinícius desbordó por izquierda y asistió a Militao, quien cedió el balón a Bellingham para el 2-1. El Bernabéu estalló.

En el segundo tiempo, el Barça creció, Pedri tomó el control del balón y Szczesny detuvo un penalti a Mbappé que pudo sentenciar el partido. Pero el Real Madrid resistió el asedio final con orden defensivo y carácter.

Xabi cerró el encuentro con inteligencia, reforzando la zaga y controlando el tiempo. El clásico terminó en tensión, con disputa final incluida, pero con una sensación clara:
El primer Clásico de la era Mbappé es blanco. El Madrid manda en LaLiga