Octavio García ‘El Payo’ hizo lo que muchos de los profesionales taurinos no han querido llevar a cabo: Defender su fuente de empleo.
De repente irrumpió en una conferencia de prensa de animalistas a los que no dudó en llamar ‘mentirosos’, luego de un discurso alejado a la realidad, que daban a la prensa.
Su escasa visión del mundo que les rodea no les permite ver más allá de lo que Walt Disney y las compañías de alimentos de mascotas quieren. Estos individuos no alcanzan a comprender el valor ecológico que tiene la tauromaquia.
Es gracias al toro bravo, que se destinan grandes extensiones de terreno para la crianza de esta especie de ganado, que necesita mucho espacio para poder desarrollarse.
Son la mayoría de las casas ganaderas amplios santuarios naturales con un interesante ecosistema. Si las corridas de toros desaparecieran, el toro bravo estaría destinado a su extinción y con él las ganaderías, que darían paso seguramente a grandes complejos habitacionales.
Dicen los ‘antis’, que su intención es crear santuarios para cuidar al toro bravo. Lo dicen tan a la ligera, que es como si ya hubieran enterrado en lo más profundo de su mente el mal llamado ‘santuarino animal’ Black Jaguar-White Tiger, que fue exhibido por la manera inhumana en que trataron a los grandes felinos que tenían a su cargo.
Diversos medios de comunidación se encargaron de dar a conocer que el dueño de este ‘santuario’ lo único que perseguía era un fin económico.
Y mientras que ‘El Payo’ puso en su lugar a estos cuatro personajes allá en Querétaro, aquí en la Ciudad de México, la semana pasada, el coordinador de los diputados del PVEM, Jesús Sesma, se lió a golpes con un diputado del PRD, al que pateó arteramente.
Podría alegar Sesma cualquier cantidad de pretextos en torno a la agresión. Pero no hay que soslayar que para que surja una pelea debe haber dos contrincantes. Se supondría que en el recinto legislativo habría un nivel de debate elevado, pero no a patadas.
Sesma, de 44 años de edad, pateó a Jorge Gaviño, de 65 ‘primaveras’. Un ‘tiro’ disparejo, alevoso y ventajista en el que se vio envuelto este personaje del partido rémora que representa.
No sólo la fiesta brava de nuestro país, sino la sociedad en general, atraviesa por momentos complicados debido a su falta de educación y de cultura.
Hasta no hace mucho tiempo, a las personas les gustaba leer y mantenerse informados. La escala de valores era muy diferente a lo que es ahora, cuando hemos llegado a escuchar frases tan absurdas en la televisión cuando matan a un ratero y sus familiares lloran al tiempo que dicen: ‘No es justo, sólo salía a robar pero no le hacía daño a nadie’.
En la sociedad había otros valores y veían en la tauromaquia una representación misma de la vida. Antes, el concepto ‘bulling’ no existía. Todo se solucionaba con el tradicional ‘nos vemos a la salida’.
Hay que subrayar que esta corriente animalista no sólo tiene en la mira a la tauromaquia. Después irá contra los gallos, la charrería, la pesca, las pollerías, las pescaderías y así sucesivamente. Quieren imponer su manera de pensar.
Llega a ser todo este tema tan aberrante, que no hace mucho comenzó a circular un comercial de una tienda que se especializa en proteínas: ‘Tenemos proteína de pollo, cerdo, res, salmón y muchas otras especies más en filetes’. Sí, una carnicería que no ofrece ‘carne sino proteína animal’.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Si la afición no va a la México iría a una plaza por los rumbos de Santa Fe?
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