El Tri ha sido todo menos convincente y brillante en esta Copa Oro. Y pese a ello, le ha alcanzado con muy poco futbol para llegar a su cuarta final seguida en este certamen, al vencer 1-0 a Honduras en la semifinal en el Levi’s Stadium en Santa Clara, California.

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De tal forma que el próximo domingo, en el NRG Stadium en Houston ante Estados Unidos, el Tri buscará su décimo tercera Copa Oro en su historia, contando las tres en el formato de Campeonato de Naciones de Concacaf, además de que va por el bicampeonato tras haberla ganado en 2023.

Aunado a ello, será el último partido oficial que tenga México antes de la Copa del Mundo y será ni más ni menos que ante el acérrimo rival de la Confederación, que si bien no trae su equipo A a este torneo y le ha costado un mundo llegar a la Final, seguro le pondrá las cosas muy difíciles al Tri.

A estas alturas, en el quinto partido de la Selección Mexicana en esta Copa Oro en plenas semifinales, el Tri seguía con la asignatura pendiente de jugar mejor a la pelota; pero sobre todo, ser mucho más contundente en ofensiva.

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Porque ya el argumento de que los rivales se le cierran y le complican en la construcción de juego en ofensiva, cada vez se agota más y se vuelve menos válido, a estas alturas de un torneo tan largo como este.

Sin embargo, la situación no cambia mucho en este equipo nacional, al que en todo caso le queda un partido oficial más de aquí al Mundial y ese es ni más ni menos que la Final de la Copa Oro ante Estados Unidos.

Era muy previsible que Honduras saliera muy precavido a esperar a México, además de que, como es costumbre, cada vez que los catrachos se miden al Tri, el juego ríspido y las patadas son durísimas; una más que otra.

Además, como los centroamericanos ven los duelos ante el Tri como su Clásico más importante, la sangre les corre muy caliente por las venas y cada vez que pueden, repartieron leña a los mexicanos.

Once minutos habían pasado y, como en el béisbol, las bancas se vaciaron porque Romell Quioto se metió a la banca mexicana por una pelota y comenzaron los empujones con Memo Ochoa, quien fue el que más se prendió de los del Tri y fue el amonestado en la banca nacional.

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Pasados los minutos, el árbitro costarricense Juan Gabriel Calderón le sacó dos amarillas a los hondureños; una a Luis Crisanto y otra a Anthony Lozano por durísimas entradas; una de ellas, bien pudo haber sido roja por un planchazo terrible a Alexis Vega.

Pero todo eso son circunstancias del partido, que si bien inciden en el mismo, no pueden ser justificante para un equipo mexicano el cual sigue batallando para meter la pelota en la portería rival.

Lo mejor que tuvo México en la primera tarde fue una jugada que inició el niño Gilberto Mora, quien fue otra vez como titular; le puso una gran pelota a Mateo Chávez, el cual puso tiro centro raso al área.

Ahí encontró a Marcel Ruiz, quien se dio media vuelta magistral para quedar a placer con la portería abierta, sacó el tiro y el guardameta Edrick Menjívar se mandó un atajadón.

¡Finalistas otra vez! 🇲🇽

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Entonces, por cuarto juego consecutivo en este certamen, México se fue en ceros al mediotiempo, porque una vez más el ataque que puso Javier Aguirre de inicio, no concretó en los primeros 45 minutos.

Aunque eso ya es normal en esta Selección, la cual se guarda los goles hasta el segundo tiempo y tal cual ha pasado en prácticamente todos los juegos previos, volvió a suceder.

Cinco minutos apenas de la parte complementaria y llegó el 1-0 de México. Alexis Vega movió las cadenas, como si fuera partido de los 49ers de San Francisco en esta su casa y cedió la pelota a Gil Mora.

El muchachito mostró por qué tiene deslumbrado a Javier Aguirre. Con 16 añitos, observó que Raúl Jiménez entraba solito al área y le cedió una pelota con claridad y ventaja.

Por supuesto que el mejor delantero que tiene México, una pelota de esas no la iba a desperdiciar y sacó un riflazo de pierna derecha que fue imposible para el guardameta catracho. Así, el goleador del Fulham llegó a su gol 41 en la Selección.

Casi inmediatamente después, México marcó el 2-0 en una pelota parada, que terminó empujando Edson Álvarez en la línea de gol después de rebotes; sin embargo, después de una larga revisión en el VAR, el tanto fue anulado por posición adelantada.

Mientras México ya tenía la ventaja, Honduras ahora estaba obligado a ir al menos por el empate, pero quedó claro que este equipo centroamericano no tiene el nivel técnico ni futbolístico para competirle al Tri.

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Pasados los 70 minutos, Aguirre sacó a Mateo Chávez y habilitó a Orozco Chiquete como lateral izquierdo, mientras que también metió al Chino Huerta en lugar de Roberto Alvarado.

Y pasaditos los 75 minutos, el técnico nacional sacó a Gil Mora, quien se fue ovacionado por la afición mexicana que abarrotó el Levi’s Stadium y le dio entrada a Santiago Giménez, por lo que el Tri jugó con la fórmula del doble nueve con Raúl, en tanto que al Chino Huerta lo puso de volante central.

Aunque ya no se movió el marcador. Los catrachos nunca tuvieron capacidad de reacción y el Tri solamente se dedicó a controlar los tímidos intentos del conjunto centroamericano, que realmente nunca puso en jaque a México.

Le queda un partido más al Tri en este verano y es el más importante, porque está en disputa el título de la Copa Oro, pero más allá de eso, le queda una última oportunidad de mostrar que tiene mucho más de lo poco que ha demostrado hasta ahora.

Porque luego vendrán puros partidos amistosos, en los que si bien también se medirá con selecciones de alto calibre, no son de carácter oficial y todo ello se verá en lo más importante, que es la Copa del Mundo del próximo año, certamen en el que México quiere hacer historia, pero con lo mostrado hasta el momento en esta Copa Oro, difícilmente lo podrá conseguir.