MARTÍN AVILÉS
Foto: Oswaldo Figueroa / ESTO
La selección mexicana de basquetbol quiso sentir un último abrazo, tan necesario cuando la distancia es larga; el beso en la frente de la madre patria antes de la guerra. El combinado nacional jamás había disputado un partido en la Arena CDMX y aprovechó el nostálgico momento de su adiós previo al Mundial, a disputarse del 25 de agosto al 10 de septiembre en Filipinas, Japón e Indonesia.
Como todo romance, el cosquilleo en el estómago provocado por la incertidumbre de si el otro llegará a la cita, se hizo presente en las horas previas. Eran las 6:30 de la tarde, a hora y media del silbatazo inicial, y la entrada era tan pobre que cualquier murmullo se podía escuchar de una cabecera a otra en el inmueble de la Alcaldía Azcapotzalco. Habrá sido la torrencial lluvia y sus estragos, o los caóticos lunes de oficina, pero poco a poco la gente comenzó a arribar al lugar.
“Es la despedida de la selección, esperamos les vaya bien en el Mundial. Vamos a apoyarlos. Ya hacía falta (que jugaran en la capital del país) porque juegan nada más en Chihuahua y los teníamos que ver en redes sociales lo que es una bronca encontrar dónde los transmiten. Se le tiene que dar más apoyo al básquet”, dijo el señor Helguera, acompañado por sus dos hijos a su llegada a la Arena.
Así llegaron familias, parejas o hasta uno que otro solitario aficionado que no le importó la compañía al tratarse del equipo nacional. Fueron más de 10 mil almas las que se reunieron en la Arena CDMX para desearle suerte a la selección en el partido amistoso ante la Argentina. Nadie dejó de gritar, como si el orgullo del país estuviera en juego, el nombre de los suyos.
“¡México, México!”, retumbaba el rugido de los fanáticos en el coloso de Avenida Granjas. “¡México, México!”, sonaba de inmediato como si fuera un canon. Era ya una fiesta, cuando faltaban minutos para el inicio del duelo.
Los organizadores, atinadamente, se dieron el lujo de invitar a Jaime ‘Jimmy’ Lozano, quien recibió un reconocimiento tras liderar el reciente título conseguido por la selección mexicana de futbol en la pasada Copa Oro. El entrenador interino del Tri, deseó suerte a los Guerreros y se fue ovacionado por la siempre fiel afición.
Del grupo de los otrora 12 Guerreros, todavía hay siete bajo el mando del entrenador y exseleccionado nacional Omar Quintero. Francisco Cruz, Israel Gutiérrez, Gabriel Girón, Jorge Gutiérrez, Paul Stoll, Héctor Hernández y Orlando Méndez. De los cuales, los últimos dos ya anunciaron su retiro tras la participación de México en el Mundial.
“A mí me gusta Paul Stoll, que es el que mete los puntos. Es el bueno.”, dijo Helguera. “Necesitamos cambiar del futbol a otros deportes que sí nos den triunfos”, puntualizó.
