Aida Ramírez / Ovaciones

Fotos: Aracely Martínez / Ovaciones

Si México no aprueba este año las modificaciones necesarias a la Constitución y leyes secundarias para dar certeza a inversores y ser accesible a la industria aeroespacial, el país dejará ir nuevamente una gran oportunidad de ser una potencia espacial, pues se estima que este sector se valorará para el 2040 “en por lo menos un trillón de dólares”.

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Así lo advierte Katya Echazarreta González, la primera mujer astronauta mexicana, quien migró desde pequeña a California, Estados Unidos, al recordar que las primeras reformas se hicieron hace casi 40 años para poner en marcha los satélites Morelos.

Foto: Aracely Martínez / Ovaciones

Pero ahora, varias empresas han decidido no construir plataformas de despegue en tres locaciones del país, ante la incertidumbre que genera no tener leyes al respecto, “que a la vuelta de seis años los permisos otorgados, lleguen otras personas y así te los quitan”, y a que ni las mismas Secretarías de gobierno saben de los beneficios de las actividades espaciales.

“México es uno de los lugares ideales para lanzamientos al espacio, hay tres locaciones perfectas. Conozco empresas en Europa y Estados Unidos que están esperando la regularización de esta industria para invertir en México, y no lo han hecho porque no tienen nada seguro en la legislación.

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“¿Se imaginan los impuestos, las concesiones cuando las empresas lleguen y trabajen con esta tecnología que es de millones, o cientos de millones de dólares? Una industria que ya hemos visto que para 2040 llegará al trillón de dólares. (Por eso) si no invertimos en México en los próximos dos o tres años, nos quedamos fuera y vamos a perder trillones de dólares”, advirtió.

De ahí que, visionaria y tenaz como lo ha sido desde que decidió a sus ocho años que sería astronauta, Katya Echazarreta está empeñada en que México no sólo sea un centro de manufactura de la industria aeroespacial, sino que se desarrollen profesionales, tecnología con patente mexicana y plataformas de lanzamiento Made in México, dijo a Ovaciones.

Y es que, tras pláticas que dio a cientos de niñas y niños tras su regreso del espacio, se cuestionó: “¿Por qué queremos inspirar a los jóvenes? ¿Para que no tengan las oportunidades después? Eso se me hace muy cruel, es muy cruel inspirar para que no puedan llegar. Yo no estoy de acuerdo. Y no creo que estoy haciendo más que suficiente”, dijo la más joven en formar parte de una misión al espacio, el 4 de junio de 2022, en el cohete New Shepard de la empresa Blue Origin.

Ante tal cuestionamiento, decidió poner pausa a su trabajo en la NASA; rechazó propuestas laborales de las más reconocidas agencias espaciales del mundo; en 2023 echó a andar la Fundación Espacial Katya Echazarreta; dio paso al primer campamento espacial en el estado de Jalisco para 400 menores de entre 13 y 15 años -y este año hará lo propio en la Ciudad de México y Morelos para jóvenes de entre 13 a 17 años-.

Y junto con el diputado morenista de Chihuahua, Roberto Briano Borunda, impulsó las modificaciones a los artículos 28 y 73 de la Constitución en materia espacial aprobadas en abril pasado y que desde entonces esperan se aprueben en el Senado; además de que ya delinea lo que será su empresa aeroespacial.

Al cuestionarle el hecho de que dos mujeres que tienen estudios de Ingeniería y Ciencias contiendan por la Presidencia de la República, dice que de ganar Xóchitl Gálvez -a quien no conoce- o Claudia Sheinbaum -quien le dio las llaves de la CDMX-, esta situación “la veo de manera muy positiva, porque las dos tienen experiencia en áreas tecnológicas; así que las dos creo que entienden el tema y lo que podemos lograr y lo que podemos perder”.

No obstante, señala que en el futuro, cuando el país tenga una decisión definitiva tras los comicios del 2 de junio, en donde dijo que emitirá su voto, “la idea es acercarnos, presentarles el proyecto, el plan de todo lo que se ha trabajado, y que tomen la decisión de apoyar la iniciativa -de reforma constitucional-”.

El cielo es el límite

Previo al reconocimiento que le hiciera la Fundación Honoris Causa (FHC) Internacional, en vinculación con el Consejo de Comunidades Hispanas USA, la FHC USA y la Fundación John Arnold y al anuncio de que la campana Libertad número 10 de la FHC -réplica de la de la Independencia-, llevará el nombre de Katya y se colocará en Wasilla, Alaska, Estados Unidos, en julio próximo, Echazarreta González comenta que desde hace tiempo ya tenía su proyecto de vida.

Éste consistía en trabajar en la NASA entre 12, 20 o 30 años, construyendo naves espaciales, creciendo como ingeniera, y lograr una misión al espacio a los 50 o 60 años.

“Pero a mis 26 años me seleccionan, me dicen que la misión es en un mes y que el día de mañana ya me tengo que ir porque tengo que terminar de prepararme”. Y cuando regresas del espacio, “regresas diferente”. Señala que en su viaje tuvo también una misión psicológica para analizar el efecto perspectiva (over view efect), “que sucede cuando una persona puede ver el planeta desde fuera. Esto se empezó a analizar cuando los primeros astronautas regresaron del espacio y se dieron cuenta que regresaban diferentes”.

“¿Qué es lo que sucede? Que las personas regresan y sienten una necesidad de querer ayudar a la sociedad, a las personas, de querer ayudar y proteger al planeta, y todas esas cosas que siempre te han dicho que son imposibles y que nunca se van a poder lograr, para ti eso ya no existe, porque una vez dijeron el cielo es el límite y eso lo pasas en cinco minutos”.